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Canarias, crecimiento, crisis, desarrollo, empleo, Estado, Europa, innovación, inversión, modernización, planes, proyectos, recuperación, REF, rehabilitación, renovación, turismo, UE
La rehabilitación turística se ha consolidado, por la vía de los hechos, como uno de los proyectos más ambiciosos e importantes de cuantos se desarrollan en Canarias, y sin duda es ya, con los resultados en la mano, una de las más potentes herramientas de dinamización económica y generación de empleo.
De las palabras a los hechos, los distintos planes están contribuyendo ya a la creación de miles de puestos de trabajo en el sector de la construcción –el más castigado por la crisis-, impulsando de forma efectiva la competitividad de nuestra principal industria.
Fijados los objetivos, el Gobierno que presido inició el año 2009 una política de mejora del sector turístico en la que la rehabilitación ha ocupado un lugar central. Muchos de nuestros espacios e instalaciones turísticas se habían quedado obsoletos y habían perdido su capacidad de competir con otros destinos emergentes. Había que actuar, y actuamos. Muchos no creyeron en las metas que nos marcamos, pero el tiempo y el trabajo en común -con la implicación de todos- nos ha llenado de razones
La situación aquel año, en el que además se dio la coincidencia con la crisis económica española e internacional y con la devaluación de la libra esterlina, era muy grave. La llegada de turistas alcanzó registros negativos alarmantes. Había que actuar sin dilación. De ahí que tomáramos diversas iniciativas en aspectos como la promoción o la mejora de la conectividad –que han dado magníficos resultados-, fijando además estratégicamente el objetivo de promover la modernización turística.
Ese trabajo ha dado sus frutos. Hasta tal punto es así que este mismo mes estarán concluidos 18 planes de modernización que hemos impulsado en otros tantos enclaves turísticos y que permitirán, cuando se ejecuten todos los trabajos previstos en los documentos, la rehabilitación de 200.000 plazas alojativas.
Ahora mismo hay 50.000 plazas que están siendo sometidas a procesos de renovación. No estamos hablando, pues, de quimeras o utopías, sino de una realidad contestable que será mucho más visible en cuanto se pongan en marcha todas las obras.
Esta estrategia permitirá –está permitiendo ya- la creación de miles de puestos de trabajo vinculados especialmente a la construcción y, además, contribuirá a preservar nuestro territorio, porque no se consumirá nuevo suelo para esos fines.
En paralelo a la elaboración de esos planes, el Gobierno de Canarias cerró con las principales entidades financieras de España la habilitación de líneas de crédito específicas para proyectos de renovación turística por importe de 1.825 millones de euros, cantidad a la que hay que sumar una línea propia del Banco Europeo de Inversiones (BEI) por 100 millones de euros (más otros cien que deberían aportar obligatoriamente aquellas entidades colaboradoras del BEI en esta línea crediticia).
Hoy puedo decir que se han concedido préstamos en Canarias con cargo a ese concepto por 1.960 millones de euros y están en estudio operaciones por importe de otros 261 millones de euros. Esos préstamos se han formalizado en 11.525 operaciones ya cerradas y hay otras 170 en estudio.
En cuanto a la distribución de operaciones bancarias por islas, tenemos que Gran Canaria y Tenerife han acaparado el 29,8 por ciento cada una; Fuerteventura, el 20,6 por ciento; Lanzarote, el 18 por ciento, y La Palma, el 2 por ciento.
Nos encontramos en la recta final de aquellas iniciativas que vieron la luz el año 2009 y que se traducirá en un salto de calidad tremendamente importante en nuestro principal sector económico. Gracias a que en su momento pudimos crear la conciencia adecuada –a nivel público y privado- sobre la urgencia de proceder a la renovación de nuestros enclaves turísticos, hoy ya hemos sentado las bases para consolidar el liderazgo de Canarias a nivel mundial y blindar esa posición de cara al futuro frente a competidores cada vez más duros.
El camino de la calidad, y no de la cantidad, es el mejor camino. Ese es el reto que nos impusimos en el Gobierno de Canarias y el que está llamado a impulsar y fortalecer un modelo económico del que depende el bienestar de los dos millones de personas que vivimos en el Archipiélago.