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Empleo

He dicho, e insisto en ello cada vez que tengo oportunidad, que en España ni puede ni debe hablarse de recuperación económica sin antes devolver al sistema público de protección social los servicios y derechos que el Gobierno del Estado ha ido eliminando a golpe de recorte presupuestario.

Ni puede ni debe hablarse de recuperación sin antes garantizar a los ciudadanos, especialmente a quienes menos tienen, que recuperación económica y justicia social –que tienen en los servicios públicos uno de sus pilares irrenunciables– irán de la mano. De alguna forma, cabe exigir al Gobierno de España que se comprometa a impulsar la recuperación económica, sin duda, pero que asuma igualmente el compromiso de facilitar la recuperación social, o lo que es lo mismo, trabajar por la viabilidad y sostenibilidad de las políticas sociales que en los últimos años han sido sacrificadas en los Presupuestos Generales del Estado.

La confrontación no debe ser el camino. Especialmente en lo que atañe a las políticas más sensibles, es imprescindible que las distintas Administraciones, Estado y comunidades autónomas, trabajemos codo con codo y no a codazos. En esa dirección, nadie pone en duda que están siendo años muy duros para la ciudadanía, sin duda, y que no está resultando fácil a las administraciones dar respuestas con una disminución tan sobresaliente de recursos. No podemos permitir que la crisis se lleve por delante el sistema de bienestar que, precisamente ahora más que nunca, los ciudadanos demandan y merecen.

Reitero que la situación no demanda tensiones sino soluciones. Ahora bien, no es menos cierto que sobre la mesa hay dos modelos, dos formas de hacer política. Durante estos últimos años el PP está impulsando un modelo que desde el Gobierno de Canarias no compartimos. Mientras el PP no tiene en los servicios públicos una pieza fundamental de su modelo, en Canarias con un margen presupuestario de actuación enormemente inferior al del Estado hemos defendido contra viento y marea la educación y la sanidad. Mientras el PP ha recortado de forma más que significativa los recursos para las políticas sociales, en Canarias seguimos multiplicando esfuerzos para llegar a más con menos.

Mientras en el Gobierno de Canarias reconocemos que las cosas no están bien –por más que este año están mejor que el anterior y vamos a seguir mejorándolas, las cosas no están bien y hay que decirlo-, con cerca de seis millones de parados y siendo España el país de la OCDE donde más han crecido las desigualdades, el PP repite un día sí y otro también que la crisis ha terminado. Pero, ahí están los estudios, por ejemplo el informe que el 18 de marzo concluía que España es el país de la OCDE donde más han aumentado las desigualdades económicas entre ricos y pobres con la crisis, a causa sobre todo del desempleo y de que el sistema de protección social ha dado una peor cobertura a los menos protegidos en un sistema laboral muy segmentado.

Hay datos enormemente preocupantes que, insisto, no deben alimentar la confrontación sino provocar una reflexión y un giro en algunas políticas del PP. Las medidas de consolidación fiscal adoptadas por el Gobierno de España durante los años 2012 y 2013 -como la subida del IRPF y del IVA- han afectado sobre todo a los hogares más pobres, que son los que han experimentado una mayor reducción de ingresos. Esta es una de las conclusiones del último estudio trimestral sobre el empleo y la situación social en la UE, publicado el pasado lunes por la Comisión Europea-.

Efectivamente, los análisis socio-económicos revelan la persistencia de problemas muy serios en el conjunto del Estado, problemas a los que no es ajeno el Archipiélago. Durante mi intervención en el Debate sobre el Estado de la Nacionalidad señalé que la situación no es buena en Canarias, pero que estamos en un proceso de mejora progresiva. Apunté que hay datos esperanzadores, que indican una recuperación más rápida en Canarias que en el resto del Estado, pero reiteré una y otra vez que las cosas no están bien.

Canarias avanza, y según un estudio del BBVA –entre otros informes– somos, junto a Galicia, la comunidad que más y mejor está saliendo de la crisis. Aun así, mientras decenas de miles de mujeres y hombres sigan sin empleo no puede decirse que las cosas estén bien. Precisamente por eso, no comparto el triunfalismo en el que se ha instalado el Gobierno del Estado. No lo comparto porque en España hay casi seis millones de desempleados (5.896.300 a mes de enero, según la EPA), con una tasa de paro que se sitúa en un inquietante 26,03%.

Desde que el PP llegó al poder se han perdido 1.049.900 empleos. 622.700 han engrosado la cola del paro, y el resto -427.200 personas-, ha dejado de figurar como población activa. La tasa de actividad está en el 59,43%, la más baja desde el primer trimestre de 2008.

En contraste con esas cifras, la situación de Canarias es ligeramente mejor. La evolución interanual muestra un descenso en las Islas de 13.483 parados (-4,66%), cifra superior a la media española, que registra un descenso del paro del -3,34%. Canarias registra el tercer mayor descenso interanual del paro, por detrás de Baleares y Castilla La Mancha. La evolución interanual de la afiliación en Canarias muestra un aumento de +10.208 personas (+1,6%), frente al descenso en el que sigue la media nacional, del -0,04% (-5.829 afiliados).

La contratación aumenta, tanto en relación con diciembre como en comparación con enero de 2013. Se registran 4.206 contratos más en evolución mensual (+8,64%) y 8.287 contratos más en evolución interanual (+19,6%), mientras que en el conjunto de España se registra un descenso en relación con diciembre -2,45% y un aumento interanual (+14,3%).

Respecto a España, Canarias está saliendo más rápido y mejor de la crisis. Pero las cosas no están bien. Se ha detenido la destrucción de empleo, y se crean puestos de trabajo –en lo que llevamos de 2014 en Canarias se han creado 47 empleos al día-, pero las dificultades continúan y obligan a seguir multiplicando esfuerzos para impulsar la recuperación.

Las cosas en las Islas van mejor que en el resto del Estado, otra forma de afrontar la crisis está empezando a dar sus resultados. Otra forma que tiene en la justicia social su principal bandera y compromiso. En esa línea vamos a seguir trabajando. Contundentes en la defensa de los intereses de Canarias, pero apostando claramente por la colaboración y el entendimiento Canarias-Estado –diálogo que es y seguirá siendo fluido y leal-, estamos convencidos de que en las Islas nos acercamos con paso firme hacia una recuperación económica y social.