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Los Rodeos

Canarias ha perdido tres millones de plazas aéreas con la Península desde el año 2008, lo que supone una disminución del 33 por ciento. Los canarios hemos perdido un tercio de nuestra conectividad con el territorio continental, un retroceso que supone un preocupante paso atrás sin que el Ministerio de Fomento haya movido un dedo para corregir la situación.

A pesar de las quejas expresadas en los últimos años -tanto desde la política como desde colectivos empresariales y sociales- el Gobierno del Estado sigue haciendo oídos sordos a una reclamación justa y necesaria de la sociedad canaria.

No solo tenemos menos posibilidades de viajar. Cuando lo hacemos, nos cuesta mucho más dinero.

Este debilitamiento de nuestra conectividad -al que entre otros factores se sumó la desaparición de la compañía Spanair- está provocando un daño enorme a la competitividad de la economía canaria, a la economía de los trabajadores y de las familias de nuestra tierra.

El transporte aéreo desempeña un papel básico para cualquier economía, para cualquier sociedad; y si atañe a una realidad insular situada a 1.200 kilómetros del resto del Estado ese papel crece hasta convertirse en una pieza central, estratégica.

Canarias está más lejos de España que en 2008, y en el Gobierno del Estado no lo entienden o, peor aún, lo entienden pero se desentienden porque tienen otras preocupaciones.

Al desentenderse de este asunto –los datos y los hechos confirman que el Estado no está suficientemente implicado en un problema enormemente sensible- el Gobierno del PP parece no darse cuenta de que cuando la conectividad va a menos la desafección va a más: cuanto más lejos estemos de la Península –cuanto peor comunicados estemos- más lejos nos sentiremos del Estado.

En Canarias sí lo tenemos muy claro. El transporte es una cuestión estratégica que ha de ser tratada con la máxima diligencia por parte de quienes tienen competencias en la materia. Y no solo por el factor económico que cité anteriormente, sino por la necesaria cohesión territorial y social del Estado.

En Canarias estamos haciendo la parte que nos corresponde. Muy lejos de cruzarnos de brazos estamos multiplicando esfuerzos para mejorar las comunicaciones con el exterior y entre las Islas. Ahora bien, es imprescindible que el Estado se ponga manos a la obra, que cumpla con su parte.

A pesar de las iniciativas de muchos parlamentarios canarios en el Congreso y Senado, en Madrid parece que no terminan de entender la verdadera dimensión del problema. Por poner algún ejemplo de dicho desentendimiento, ni quieren discutir la posibilidad de restablecer las bonificaciones a las tasas aéreas ni se avanza en la activación de la declaración de obligaciones de servicio público -dos medidas que contribuirían a incrementar rutas y frecuencias, y a abaratar los precios-.

La obligación del Gobierno de Canarias es seguir reclamando la revisión de esa política de transporte, más aún cuando uno de nuestros objetivos básicos es la diversificación económica de las Islas a través de nuestra proyección exterior.

Queremos ser una plataforma logística en el Atlántico Medio, y convertirnos en punta de lanza de las inversiones de los países europeos y americanos en África. Tenemos las mejores condiciones para ello -como así lo han señalado diversos informes especializados-, pero nos falta mejorar la conectividad con nuestro entorno.

Ahora que el Ministerio de Fomento parece que trabaja en un plan para que la logística se convierta en el próximo motor económico de España, Canarias reivindica su estratégica posición geográfica como el factor clave para tener un papel protagonista en ese nuevo enfoque.

En ese sentido, el Gobierno del Estado no puede caer en la contradicción de intentar unir España con el resto del mundo a través de los transportes y, al mismo tiempo, seguir penalizando a Canarias con una política que nos acerque al aislamiento.

Cuando se concrete el informe Estrategia Logística de España veremos cuál es el compromiso real del Gobierno del Estado con esa nueva dimensión económica. Si su política de transportes sigue siendo la misma con respecto a Canarias –potencialmente la mejor plataforma entre tres continentes- no será creíble en absoluto.

Fotografía: Alex Castellá, en Wikimedia