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Cada vez más lejos

Las decisiones del Gobierno del PP alejan cada vez más a Canarias. A la espera de que se garantice que la reducción de las subvenciones al transporte no acabará castigando a los residentes canarios, la actitud y las decisiones de estos meses consolidan la percepción de que el PP gobierna contra Canarias.

La presentación de los Presupuestos Generales del Estado el pasado viernes, una vez superadas las elecciones andaluzas y asturianas que tanto temía el PP y que motivaron su retraso, ha generado una enorme preocupación e incertidumbre entre los canarios.

Unos presupuestos que, a la espera de conocer su letra pequeña, anuncian que alejarán aún más a Canarias del resto del Estado.

Como ya apunté días atrás, es comprensible que el Gobierno del Estado se haya visto obligado a presentar unos Presupuestos Generales austeros, pero además de austeros deben ser justos, garantizando la cohesión social y territorial, así como la prestación de los servicios públicos que, no lo olvidemos, son las prestaciones que reciben los que menos tienen -la parte más frágil de nuestra sociedad-.

Hay menos recursos y, precisamente por eso, ahora más que nunca deben distribuirse atendiendo a estrictos criterios de justicia social.

Los primeros análisis apuntan a que los presupuestos que ha aprobado el Gobierno del PP atarán de pies y manos a las comunidades. De alguna forma, todo parece indicar que el PP cumplirá con Europa sacrificando a las comunidades -importando poco que seamos las CCAA las que mantenemos en pie los servicios PÚBLICOS-. En este sentido, las cuentas del Estado en ningún caso deben estrangular la FINANCIACIÓN de la SANIDAD, la EDUCACIÓN y las POLÍTICAS SOCIALES: ésa es la línea que el PP no puede cruzar.

Pendientes de que en breve pongan nombre y apellidos a los recortes, desgraciadamente todo apunta a que se ha desatendido la obligación de garantizar la cohesión territorial y social.

Es necesario que se atienda mejor a quienes están sufriendo de manera más intensa los efectos de la crisis, de ahí que las cuentas estatales deban evitar lastrar nuestros esfuerzos en sanidad, educación o políticas sociales.

Somos la comunidad peor financiada del Estado. Canarias debe acercarse a la media del Estado, no retroceder. Nuestra realidad, alejada e insular, obliga a un sobreesfuerzo por parte del Estado. No puede ser que la comunidad autónoma que más esfuerzo requiere por parte del Estado sea la que menos reciba. ¿Cuánto tardarán en entender que si no somos asunto de Estado seremos un problema de Estado?

A la espera de ampliar los datos y contar con garantías en un asunto de especial relevancia para los canarios, el descenso en 65 millones de euros de las subvenciones al transporte de residentes no peninsulares se ha recibido en las Islas como un durísimo golpe.

Si no cabe la posibilidad de que acaben castigando a los residentes canarios, la pregunta es cómo, siendo un asunto tan sensible, en la comparecencia que siguió al Consejo de Ministros no se dijo, alto y claro, que en ningún caso esa reducción afectará a los residentes de las Islas. ¿Por qué no se zanjó en ese momento?

El mismo Gobierno que dice no querer ser un problema para Europa en cien días ha dado muestras de ser un problema para Canarias. No queremos palabras, sino hechos. Estos presupuestos llegan tarde -anteponiendo las necesidades del PP a las de España-, y según los primeros análisis, llegan mal. La reducción de 1.500 millones de euros en políticas activas de empleo o los recortes en los convenios de carreteras, entre otros, consolidan la impresión de que estamos ante unos PGE que alejan a Canarias del resto de España.

Lamentablemente, las decisiones y los hechos consolidan entre los canarios la convicción de que Canarias no está en la agenda de Rajoy. Cien días DESPUÉS, Canarias está más lejos. A pesar de que desde el primer minuto el Gobierno que presido ha apostado -y apuesta- por unas relaciones Canarias-Estado basadas en la colaboración -diálogo sí, pero no sumisión-, crece en las Islas la sensación de que el Gobierno del PP gobierna contra Canarias, desoyendo a nuestro Parlamento, quebrantando la lealtad con cabildos y ayuntamientos, dando la espalda a la sociedad de las Islas.