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Discurso de Navidad del Rey 2013
El discurso de Navidad de don Juan Carlos merece ser tomado en consideración, tanto en cuanto y en línea con lo que venimos defendiendo desde Canarias, el monarca ha apostado por actualizar los acuerdos de convivencia desde el diálogo, la lealtad y el reconocimiento de la diversidad.

Ha sido una intervención que refleja fielmente la preocupación de quien, en el ejercicio de su responsabilidad, sigue de cerca y con inquietud los problemas de una sociedad que ha pasado los últimos años especialmente debilitada por el desempleo y por las innegables tensiones políticas y territoriales, así como por las incertidumbres que están amenazando el bienestar, la cohesión social, los derechos básicos y el respeto a la diversidad. Logros que ha costado décadas consolidar y que deben ser defendidos a capa y espada.

El Rey ha demostrado que no está mirando hacia otro lado y que, muy al contrario, está dispuesto a seguir adelante, mirando de frente a los problemas de la gente y de los territorios. Respecto a la necesidad de poner al día tanto a las instituciones como al modelo territorial, al que aludió sin citarlo expresamente, su referencia a la actualización de los acuerdos de convivencia está en la dirección que venimos proponiendo desde las Islas.

En este sentido, que el monarca haya iniciado su discurso dirigiéndose a quienes peor lo están pasando es una prueba más de que son los que menos tienen quienes más atención y esfuerzo merecen por parte de los diferentes gobiernos y administraciones. Los constantes agradecimientos del Rey a los ciudadanos lo acerca a la calle y al día a día de una sociedad a la que se está pidiendo enormes esfuerzos durante estos años.

Su alusión a la falta de ejemplaridad en algunos ámbitos de la vida pública, o a la necesidad de seguir mejorando el funcionamiento de las instituciones, es una referencia más que evidente a que deben darse algunos pasos para reforzar dicha ejemplaridad y el prestigio de lo público.

También resulta especialmente relevante que el monarca haya incidido en que tan necesario es regenerar la vida pública como no perder de vista el importante camino democrático que España ha hecho en las últimas décadas. Su llamamiento a la unidad y al diálogo, y su invitación a trabajar desde la Constitución y actualizar los acuerdos de convivencia coincide plenamente con la posición de Canarias, del Gobierno de Canarias.

Que el Rey hable de una comunidad unida en la diversidad, y que llame a la superación de las diferencias, está también en línea con la demanda que siempre hemos hecho desde Canarias, en la idea de que es necesario recuperar el espíritu de la transición y, sobre todo, respetar esa diversidad que define a un Estado plural.

El discurso del Rey ha incidido en la dirección de que somos una sociedad que sólo puede construirse desde el diálogo permanente y desde el respeto a la diversidad, pues cabe recordar una y otra vez que es preciso atender a esa diversidad que viene marcada por las realidades de los distintos territorios.

No se puede mirar hacia otro lado. El Rey no lo ha hecho. Y ése es el camino a seguir.