Etiquetas

, , , , , , , , , , ,

Estrechando la mano de José Miguel Pérez

El 26 de marzo de 2013, durante mi intervención inicial en el Debate sobre el Estado de la Nacionalidad celebrado en el Parlamento de Canarias, anuncié diez medidas para impulsar la economía del Archipiélago y para garantizar la cohesión social.

Entre estas últimas, me comprometí a poner en marcha un plan de inmersión lingüística durante el verano para que nuestros niños tuvieran clases de refuerzo en idiomas y pudieran, además, comer en los centros escolares. Dicho y hecho.

Mañana se cumplirá una semana del inicio de este plan, que ha supuesto la apertura de 162 colegios y que está permitiendo que unos 6.200 escolares puedan beneficiarse de esta medida.

La iniciativa, de un enorme calado social dadas las dificultades que atraviesan muchas familias, ha sido posible gracias al impulso del Gobierno -y a la colaboración de profesores, personal de los centros y ayuntamientos-. A pesar de algunos inconvenientes iniciales, hoy las familias canarias tienen una oportunidad para que sus hijos puedan acudir al colegio durante el verano y aprovechar las instalaciones de los centros para quedarse a comer.

Esta medida, que la Consejería de Educación está desarrollando eficazmente, ha propiciado la contratación de 300 monitores y 21 coordinadores, y la participación de once empresas de catering. La calidad de los menús supone –desde el punto de vista nutricional- una garantía para los padres, para los que esta medida supone, tal y como han manifestado, una tranquilidad en medio de la difícil situación económica por la que atraviesan.

Nos hallamos ante una medida que da una respuesta clara a un problema grave, demostrándose que cuando hay un compromiso y una convicción firmes es posible hacer realidad actuaciones que permitan cubrir las principales necesidades de las familias.

Pero no solo eso. La apertura de los comedores se ha ligado, como ya apunté, a una actividad educativa, la inmersión lingüística, con lo que se refuerza también el conocimiento de idiomas entre nuestros alumnos, una medida que ha sido magníficamente acogida por todos.

Dos acciones, una de compensación social y otra de aprendizaje de una lengua extranjera, que son un ejemplo de cómo, con voluntad, consenso y coordinación, se pueden encontrar soluciones que sirvan para mitigar, en la medida de lo posible, los efectos de esta crisis en las familias.

Un ejemplo que han aplaudido desde otras comunidades y que implica un esfuerzo enorme por parte del Gobierno de Canarias; pero que, más allá de ese esfuerzo, constituye un compromiso irrenunciable e inaplazable con los que peor lo están pasando.

En ese sentido, el Gobierno que presido ha cumplido con la palabra dada, y en idéntica medida cumpliremos con el resto de acciones anunciadas para combatir los efectos más adversos de la crisis.

He dicho muchas veces que una comunidad autónoma tiene una capacidad de maniobra limitada ante una coyuntura económica y presupuestaria como la actual, pero que en la medida de nuestras posibilidades vamos a hacer –y estamos haciendo- todo lo políticamente posible para impulsar iniciativas de apoyo a nuestra gente, a nuestras empresas.

Esa tarea, especialmente difícil por la escasez de recursos públicos, será más realizable en la medida en que todos –instituciones y agentes económicos y sociales- rememos en la misma dirección. En la apertura de los comedores escolares tenemos el mejor ejemplo a seguir.