Como una ironía de la vida, en estos días que celebramos con diversos actos por toda nuestra geografía el Día de nuestra tierra, y que homenajeamos a algunos de los canarios más relevantes a través de las Medallas y los Premios Canarias, hemos conocido con tristeza la marcha de dos figuras emblemáticas de la literatura y el periodismo premiados en su momento con la más alta distinción de nuestra comunidad.

María Rosa Alonso y Gilberto Alemán, dos nombres con un lugar destacado ya en nuestra historia que, como digo, nos han dejado con apenas unos días de diferencia, llenando de zozobra los corazones de los canarios y de todos aquellos que, en el mundo, han admirado sus obras.

De la escritora María Rosa Alonso, fallecida el pasado sábado, he podido expresar públicamente estos días, ayer mismo en el Acto Institucional del Día de Canarias, mi reconocimiento a su dilatada y fructífera trayectoria, su espíritu incansable y emprendedor y ese carácter intrépido que le llevó a superar no pocas dificultades en su vida.

Del periodista Gilberto Alemán quiero resaltar su entrega a esa bella profesión, su honestidad, su capacidad de trabajo y su compromiso social y con los valores y tradiciones del pueblo canario, faceta a la que dedicó la última etapa de su carrera.

Dos Premios Canarias que nos dejan, pero que nunca desaparecerán de nuestra memoria ni de nuestros corazones porque se han ganado a pulso, con su personalidad y su trabajo, un hueco en lo mejor de todos nosostros.

Mi pesar a todos sus familiares y personas cercanas. Descansen en paz.

Fotografías: elpais.com y diariodeavisos.es