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Con la llegada de septiembre el nuevo curso político echa a andar -coincidiendo con el período de sesiones en los parlamentos estatal y autonómico-. Sin embargo, en esta ocasión  la sensación es que no ha habido paréntesis en agosto. Un verano especialmente agitado y complicado -tanto en el ámbito del Estado como en Canarias- parece marcar los primeros pasos de un otoño convulso. A nivel estatal, el intento de la oposición parlamentaria de acorralar judicial y políticamente a Rajoy como primer responsable de la corrupción dentro del PP, junto con el conflicto de Cataluña, han dado mucho de sí para prensa, radio y televisión. No ha sido un verano cualquiera. Se han sucedido tensiones que van a condicionar los meses venideros.

Canarias también ha tenido un agosto más  convulso de lo acostumbrados. Las consecuencias que está generando la decisión del PP de no incorporarse al Gobierno, la moción de censura de Icod de los Vinos -en Tenerife- y su significado político, las controversias políticas, mediáticas y científicas sobre las causas que rodean la aparición de grandes manchas marrones en el mar -microalgas o cianobacterias- o la incertidumbre generada por el incendio en aguas canarias del carguero británico MV Cheshire, con más de 40 mil toneladas de nitrato de armonio en sus bodegas, han suscitado debates que seguirán su curso en el periodo que ahora empieza.

Rajoy tendrá que lidiar con uno de los desafíos más importantes a los que se ha sometido la democracia española en estas últimas cuatro décadas: la Ley del Referéndum y, apoyándose en ella, la convocatoria del mismo para el 1 de octubre. El Gobierno de España va a contar en esta abierta confrontación con el independentismo catalán con el apoyo, sin fisuras, del Tribunal Constitucional y de las Instituciones Judiciales; y, en el plano político, de una amplia mayoría del Congreso y el Senado.

Los otros dos grandes retos que tiene afrontar el presidente del Gobierno apuntan a la necesidad de sacudirse la presión a la que lo tiene sometido la oposición parlamentaria y, junto a esto, salvar la situación que le ha generado la acción judicial por los casos de presunta corrupción de su partido. Además, la elaboración de los Presupuestos Generales del Estado para 2018 obligarán al PP a fajarse en las mesas de negociación.

En el caso de la corrupción Rajoy y el PP van a sufrir el peso de la soledad. La oposición parlamentaria golpeará una y otra vez a los populares -especialmente a Rajoy-. El desgaste será notable, pero no podrán tumbar al PP mientras la economía siga mejorando. En la tramitación de la Ley de Presupuestos para el próximo año Rajoy tiene algo  más margen. Cuenta de partida con los partidos que le acompañaron en la aprobación de las cuentas del presente año y,  en todo caso, siempre tiene la posibilidad de prorrogar los actuales o de convocar elecciones anticipadas -hipótesis en absoluto descartable-.

En Canarias van a estar sobre la mesa en este próximo período de sesiones asuntos que van a dar mucho juego político e informativo, cuestiones de calado y en algunos casos especialmente observados por la opinión pública. Los presupuestos de 2018, el debate sobre la tramitación en las Cortes Generales del Estatuto de Autonomía, la Reforma Electoral, la renovación de los órganos dependientes del Parlamento, las microalgas o los vertidos anuncian un tablero resbaladizo para el Gobierno y también para los principales grupos de la oposición.

La decisión tomada en su momento por Coalición Canaria de echar al PSOE del Gobierno y la más reciente de cerrar las puertas a la entrada del PP dejan en una situación muy comprometida la estabilidad política necesaria en el Archipiélago para aprovechar los alentadores datos que apuntan a una recuperación de la economía. La soledad con la que Coalición Canaria encara la segunda parte de la legislatura exige mucha voluntad y cintura política para fraguar acuerdos con otras fuerzas políticas. El presidente del Gobierno de Canarias no tiene en sus manos la posibilidad de convocar elecciones anticipadas y, por lo tanto, el camino hasta mayo de 2019 puede resultarle muy largo.

La pérdida de la centralidad política de Coalición Canaria y su soledad para afrontar lo que resta de legislatura se debe fundamentalmente a errores no forzados por sus adversarios.  Los errores no forzados, cometidos por CC, le han llevado ya a perder el gobierno de Icod de los Vinos y a quedarse a merced de lo que decidan los demás en el Cabildo de Lanzarote. Además, todo apunta a derrotas parlamentarias que, si llegan a consolidarse, serán muy sonoras, como la del acuerdo exhibido públicamente para destituir al presidente del Consejo Rector de la RTVC o el que al parecer existe para designar las presidencias de la Audiencia de Cuentas, el Consejo Consultivo o el Diputado del Común -que escocerá mucho en el seno de la formación nacionalista-