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La inesperada calma con la que ha comenzado el año político en España, propiciada por la buena sintonía que parece imperar en las relaciones entre el PP y el PSOE, contrasta con un 2017 que, plagado de incertidumbres, se vislumbra en el plano internacional.

En lo que a tensiones de fondo se refiere, y haciendo una excepción con la asignatura pendiente del enredo catalán, en España amainará la tormenta institucional mientras dure el entendimiento entre populares y socialistas. Ambos partidos parecen haber descubierto que la mejor manera de frenar a las formaciones emergentes es aprender a entenderse. Solo un cambio de estrategia del PSOE, puede que presionado por el sector del `no es no´, puede propiciar inestabilidad e incertidumbre en la política española

Incertidumbre internacional ante: Trump, el terrorismo Yihadista y el proyecto de Europa

Combatir el terrorismo será uno de los retos internacionales

Combatir el terrorismo será uno de los retos internacionales

La presidencia de Donald Trump, la lucha contra el terrorismo yihadista o la redefinición del rumbo y de los objetivos a medio plazo de la Unión Europea son, entre otros, factores que disparan la inquietud en el contexto internacional. La llegada de Donald Trump a la Casa Blanca podría traducirse en un cambio de posición muy relevante en Oriente Próximo. Si se confirmar su buena sintonía con Putin podría propiciarse un acercamiento entre Washington y Moscú y, por lo tanto, un cambio del orden -o desorden- hasta ahora conocido en el intento de poner fin a la guerra en Siria y combatir con mejores resultados al Estado Islámico.

Europa y el resto del mundo permanecen en alerta máxima tras los brutales zarpazos dados por el Estado Islámico. El último, el atroz atentado de Estambul el pasado 31 de diciembre, dejó 39 muertos y 69 heridos. Defenderse de una amenaza que se mueve como lo hacen los terroristas de Estado Islámico exige mejorar los cauces de información para llegar un minuto antes y no uno después. Además, la mejora de la lucha antiterrorista en nuestras fronteras deberá complementarse con esfuerzos políticos, económicos y policiales en todos los ámbitos y espacios geográficos, sean fronteras o espacios urbanos.

Europa debe jugar un papel vital por la paz, la seguridad, el progreso y la libertad en el mundo

Europa debe jugar un papel vital por la paz, la seguridad, el progreso y la libertad en el mundo. La UE no puede conformarse con ser una mera espectadora del cambiante orden internacional. Las elecciones previstas para el año en curso en Holanda, Francia, Alemania y probablemente en Italia demostrarán hasta qué punto ha arraigado el populismo. La pujanza de formaciones xenófobas y antieuropeas pone en jaque el proyecto comunitario y, así las cosas, el proyecto de integración puede sufrir un fuerte revés. En Holanda, que celebrará elecciones en marzo, las encuestas auguran la victoria del Partido de la Libertad, de extrema derecha. Los mensajes de líderes capaces de captar cada día nuevos adeptos agitan el odio racial, el cierre de las fronteras a los inmigrantes o el abandono del euro. En Alemania, donde también habrá elecciones, parece inevitable que un partido de ideología neonazi acceda al Parlamento federal por primera vez desde la II Guerra Mundial. Mientras, las presidenciales de Francia serán una buena plataforma para que el Frente Nacional experimente, según todas las encuestas, un fuerte subida.

Es urgente impulsar medidas para recuperar el bienestar perdido

Bruselas debe comenzar en primavera la negociación del Brexit con Londres en medio del mar de dudas que genera la indefinición y la guerra abierta del Gobierno británico sobre el tipo de relación a mantener con la UE en el futuro. Si los más duros se imponen, todos -tanto el Reino Unido como los veintisiete -podrían quedar dañados en lo económico y, lógicamente, también en lo político. La Unión Europea no puede permitir que Londres cruce las líneas rojas del pliego de condiciones, debe ahuyentar el efecto dominó que el brexit pudiera tener en otros estados miembros en los que se piden similares consultas sobre la permanencia. Los resultados electorales y la capacidad negociadora de las autoridades comunitarias marcarán en 2017 el futuro del proyecto político europeo.

El reforzamiento de la UE también es esencial para abordar los otros dos principales retos del 2017. De una parte, los coletazos de la crisis económica. Todos los indicadores reflejan que lo peor de la recesión se ha superado, pero el crecimiento y la recuperación de algunos estándares del bienestar son hoy la asignatura pendiente; y, de otra parte, Bruselas debe dejar atrás su largo periodo de aletargamiento, una absoluta ausencia de liderazgo. Europa no se puede permitir seguir de brazos cruzados ante desafíos como, por ejemplo, la crisis de los refugiados. Corresponde a los Estados miembros tomar la iniciativa y replantear con urgencia el edificio comunitario para salvaguardado. Solo así se podrá plantar cara al populismo.