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Gracias Rajoy por comprometerte a dar a Canarias, ahora que no puedes, lo que negaste a las Islas cuando sí podías. Gracias, presidente.

En el reciente debate de investidura el presidente en funciones y candidato a la reelección se comprometió con la llamada `agenda canaria´, en correspondencia al apoyo que recibía para su investidura por parte de Coalición Canaria; intento en cualquier caso truncado al no contar con un apoyo suficiente de la Cámara. Esto es lo que ha pasado días atrás, pero debemos recordar lo que ocurrió durante los últimos años. Los hechos están ahí, no mienten. Rajoy maltrató a Canarias con su mayoría absoluta como ningún otro presidente había hecho. El actual presidente en funciones confió la acción de su Gobierno en lo que afectaba a las Islas a su fiel y leal ministro de Energía, Industria y Turismo. que más que un ministro actuó como un auténtico virrey de ultramar, y nunca para demandar justicia o equidad con su tierra, sino más bien todo lo contrario, para castigarla e intentar asfixiarla porque creía que así dañaba al Gobierno de las Islas.

Cuando pudo nos dio la espalda. Nada debemos ni podemos esperar de él.

Afortunadamente, el maltrato del Gobierno de Rajoy con Canarias no pasó desapercibido a ojos de la sociedad canaria y de ahí de la reacción casi unánime en el Archipiélago, de ahí que merezcan ser reprobadas las manifestaciones que hizo desde la tribuna en el debate de investidura: a Canarias le ha ido bien en estos cuatro años de gobierno del PP, afirmó Rajoy. Los datos no engañan. El último año del Gobierno de Zapatero -2010- el presupuesto del Estado fue de 350.695.865,78 millones de euros, mientras que el último presupuesto liquidado del Gobierno de Rajoy -2015- fue similar al del 2010, apenas alrededor de un 0,75% menos, 347.843.340,85 millones de euros. Pues bien, a pesar de que el último presupuesto de Rajoy mantenía su similitud con el último de Zapatero, las partidas asignadas a Canarias retrocedieron un 37,87%. De percibir 1.490.994,99 millones de euros, en el 2010, con el Gobierno socialista, Canarias pasó a recibir 849.256.000,99 millones de euros con el Gobierno de mayoría absoluta del PP.

Quizá cree Rajoy que los canarios tenemos que estar contentos porque cuando pudo hacer y deshacer, con mayoría absoluta, nos dejó sin las bonificaciones en las tasas aeroportuarias que tanto nos ayudaron a mantener el turismo en plena crisis.
Cuando podía Rajoy incumplió el convenio de carreteras, rebajando los 207 millones comprometidos anualmente a 54 millones.

Para la historia queda la unidad de los canarios luchando para defender su patrimonio natural.

Cuando los presupuestos del Estado dependían sólo de la voluntad de la mayoría absoluta del Gobierno de Rajoy desaparecieron los 40 millones del PIEC para infraestructura educativa, aprobados con el Gobierno de Aznar. También desaparecieron del presupuesto los 42 millones del PIEC para empleo y formación. Igual suerte corrieron los 23 millones de ayuda al POSEI. Rajoy y su Gobierno también liquidaron los 57 millones de euros anuales para infraestructura hidráulica, rebajaron a cifras ridículas el convenio de vivienda, eliminaron los 25 millones para infraestructuras turísticas e intentaron acabar con el 50% de bonificación a los residentes canarios en los trayectos con la Península; sólo la reacción de la sociedad canaria frenó tamaño dislate.

Quizá haya que agradecerle también, con la inestimable colaboración de su amigo y paisano nuestro, el que intentara vender nuestro futuro a Repsol. Para la historia queda la unidad de los canarios luchando por defender nuestro patrimonio natural. Será muy importante para nuestro futuro mantener vivo el sentimiento de unidad en la lucha contra la especulación de nuestro bien más preciado que es el territorio, el patrimonio natural.

Ahora, meses después, el presidente en funciones se compromete a hacer lo que nunca quiso hacer. En la carrera para buscar apoyos que le permitan ser investido presidente, Rajoy, que ahora no puede, se compromete con Canarias. Cuando pudo nos dio la espalda. Nada debemos ni podemos esperar de él.