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Rajoy: "Cuando gobierne bajará el paro""

De la desafortunada fotografía de Mariano Rajoy posando ante una cola de parados en el Inem -‘Cuando gobierne bajará el paro‘, fue su compromiso- a su resignada comparecencia de abril de este año, en la que dio por hecho que el desempleo no se reducirá en 2014 –o lo que es lo mismo, en la que anunció que en materia de empleo la legislatura del Gobierno del PP será un cuatrienio perdido- han pasado tres años y tres meses.

Rajoy lleva dieciocho meses gobernando España y, fruto de las malas políticas económicas del PP, el paro ha crecido en un millón de personas en ese tiempo.

Cuando se tomó aquella imagen, la Encuesta de Población Activa del cuarto trimestre de 2010 reflejaba una tasa de paro del 20 por ciento. Ciertamente, el PP no había ganado las elecciones aún, pero si vamos al cuarto trimestre de 2012 (el PP llegó al Gobierno en noviembre de 2011) la tasa de paro alcanzó el 26 por ciento de la población activa; y si analizamos la EPA del primer trimestre de 2013 (la última disponible) veremos que la tasa de paro ha subido hasta el 27,16 por ciento.

Desde que el PP llegó al Gobierno, el número de parados en España ha pasado de 5.273.600 a 6.202.700. La última EPA refleja que ha descendido el número de personas ocupadas, lo que supone no solo que nuevos demandantes de trabajo no lo encuentran, sino que se están destruyendo puestos de trabajo. Entre enero y marzo de este año la ocupación cayó en 322.300 personas.

Esa última encuesta también indica que ya hay casi tres millones de personas que perdieron su empleo hace más de un año y no han encontrado trabajo. La tasa de paro juvenil ronda el 55 por ciento –una vergüenza inaceptable, definición dada por el presidente del Parlamento europeo-.

Hay más. Y peor. La tasa de cobertura frente al desempleo lleva más de tres años cayendo, y esto se traduce en que hoy en día más de dos millones de los parados que se registran en las oficinas de empleo no perciban prestación ni subsidio. Es más, el número de desempleados que no perciben ningún tipo de ayuda aumenta hasta los 3,2 millones si se tienen en cuenta también a los parados no inscritos y que sí aparecen en la encuesta de población activa.

Los números son incontestables. Con sus errores, improvisaciones y contradicciones, en materia de empleo el PP, muy lejos de ser la solución, se ha convertido en el problema. Después de dieciocho meses en el Gobierno, el PP tiene en la destrucción de empleo y en el empeoramiento de la situación económica su único balance. La realidad es la que es, y el resto, los eslóganes que lanza de vez en cuando, son simples cortinas de humo.

No han sabido –no saben- contrarrestar los efectos de la crisis sobre el empleo y han adoptado una posición claramente contraria al crecimiento económico, imprescindible para la creación de puestos de trabajo. Hay otras políticas, hay soluciones, pero el PP les da la espalda –y los ciudadanos lo sufren-.

Parapetado en su discurso del recorte y la austeridad –no predican con el ejemplo, pues exigen a los demás pero ni adelgazan ni ahorran en las instituciones que gobiernan-, el Ejecutivo que preside Mariano Rajoy está agravando un drama de enormes proporciones, especialmente en Canarias, una de las comunidades autónomas con mayor tasa de desempleo. Y eso, a pesar de algunos datos que conviene tener en cuenta.

Por ejemplo, la población en edad y disposición de trabajar (en búsqueda activa de empleo) no para de crecer en las Islas, a pesar de que en el conjunto de España muestra la tendencia contraria. En el primer trimestre de este año se registraron en las Canarias 7.700 activos más, mientras que en el conjunto del país descendieron los activos en 85.000.

En el último año (entre el primer trimestre de 2012 y el mismo periodo de 2013) la población activa ha crecido en 2.700 personas en Canarias y ha bajado en 235.300 personas en España. Desde el primer trimestre de 2007, se han incorporado al mercado laboral canario 106.400 nuevos activos, lo que indica un crecimiento del 10,4% en seis años marcados por la crisis económica. El aumento nacional de la población activa en este periodo fue solo del 4%. En todo el año 2012, la población activa aumentó en 12.800 personas en Canarias (+1,1%) y bajó en 158.700 en España (-0,69%). En cuanto a la cifra de ocupados, ha descendido un 2,7% en el último año (-20.600), mientras que en el ámbito estatal lo ha hecho en un -4,5%.

Todo a pesar de que la Administración central, en lugar de potenciar las políticas activas, redujo los fondos destinados a Empleo a Canarias en 101 millones de euros en 2012 con respecto al año anterior, y en 34,8 millones más este mismo año. Como también recortó los fondos del Plan Integral de Empleo de Canarias, que han pasado de 40 millones a 10 millones de euros.

Las cifras de la EPA deben hacer reflexionar al Gobierno del PP sobre la necesidad de dar un giro a la política de recortes indiscriminados que ha emprendido, y hacer entender al Ejecutivo de Mariano Rajoy que los pretendidos efectos de la reforma laboral no solo no se han hecho efectivos, sino que ha empeorado el ya deteriorado mercado laboral.

Un año después de la entrada en vigor de la reforma laboral, se han destruido en toda España 800.000 empleos, 20.600 de ellos en Canarias. Se ha facilitado y se ha abaratado el despido, pero no se han puesto en marcha medidas de estímulo de la actividad económica, con lo que se ha conseguido una importante pérdida de puestos de trabajo.

Es ese mismo PP, desbordado e incapaz de afrontar la situación, acampado en esa lánguida resignación de la que ha hablado Aznar, el que presenta ahora en Canarias un plan para combatir el paro.

No deja de sorprender que el PP, el mismo PP que pone la puntilla a cualquier posibilidad de crecimiento económico aplicando recortes injustificados al Archipiélago, pontifique sobre políticas de empleo.

Hemos tendido y tendemos la mano para colaborar y trabajar conjuntamente en respuestas y soluciones que ayuden a frenar la destrucción de empleo y a crear puestos de trabajo. Ahora bien, a ese PP que habla en Canarias de alternativas y de propuestas en materia de empleo hay que ponerlo delante del espejo de sus cifras, de su balance de estos dieciocho meses.

Porque los números no admiten discusión, porque los datos son objetivos, cabe concluir que el PP es, a fecha de hoy, sinónimo de destrucción de empleo. Quienes con su reforma laboral están provocando que miles de canarios pierdan sus puestos de trabajo, muy lejos de exigir explicaciones deberían pedir perdón.

El PP canario no está para presentar alternativas, proponer planes de empleo o criticar el enorme esfuerzo que estamos haciendo en las Islas contra el viento y la marea de sus injustificados recortes. El único plan de empleo que debe anunciar el PP canario es exigir a sus ministros, públicamente, que cumplan con Canarias; pero en la defensa de Canarias ni están ni se les espera.