Las próximas semanas serán vitales para que, si hay voluntad política y verdadero sentido de Estado, España pueda empezar a resolver uno de los problemas que más tensiones territoriales ha generado en el ámbito político en los últimos años, y no es otro que la necesidad de revisar y poner al día el modelo de financiación autonómica.
Un sistema que no gusta a casi nadie y del que discrepan muchos presidentes autonómicos, dándose la circunstancia de que ese malestar no se detiene en siglas o militancias porque es generalizado.
Un sistema, el de financiación, que consagra la desigualdad entre los ciudadanos de los diferentes territorios -lo contrario de lo que la Constitución establece-, permitiendo una distribución de fondos per cápita real y objetivamente desproporcionada e injusta.
Un sistema que se ha visto sacudido por constantes controversias desde que se dieron los primeros pasos.
Es una realidad constatable que en estos momentos hay una contestación bastante generalizada ante un sistema que alimenta desigualdades y debilita la cohesión territorial y también social.
Canarias y Andalucía son dos de las comunidades autónomas peor tratadas por el actual reparto y así lo hemos denunciado ambos presidentes en multitud de ocasiones. Pero también Murcia, y Valencia, e incluso Castilla-La Mancha, cuyos presidentes se han mostrado partidarios públicamente de revisar el actual sistema.
Ha llegado el momento de corregir un modelo especialmente perverso e injusto para comunidades autónomas como Canarias, a la que se adeudan 800 millones de euros anuales por tal concepto.
Es hora de que aquellas autonomías que se consideran más perjudicadas se coordinen para trabajar conjuntamente -desde la responsabilidad institucional y sin partidismos-, y avanzar hacia un objetivo compartido.
Ese es el objetivo fundamental de la reunión que mantendré mañana en Sevilla con el presidente de la Junta de Andalucía, José Antonio Griñán, y también el de las conversaciones que en los últimos meses he tenido con otros presidentes, como el de Valencia o Murcia.
En la jornada de trabajo en la capital andaluza estará igualmente el consejero de Economía, Hacienda y Seguridad. Muy lejos de cualquier perfil protocolario, la reunión de mañana sentará las bases de una colaboración estrecha por parte de ambas comunidades.
Como se recordará, Andalucía y Canarias hemos pedido la convocatoria de la Comisión Permanente de Evaluación del Sistema de Financiación como primer paso para avanzar hacia una revisión que ponga fin a las desigualdades e injusticias actuales; injusticias y desigualdades que solo se corregirán cuando todos los ciudadanos españoles reciban el mismo trato con independencia del territorio en el que residan.
No se entiende ni tiene ninguna justificación que cada canario reciba 384 euros menos que la media del Estado.
¿Por qué hemos de contar con menos recursos que otros para atender la sanidad, la educación o las políticas sociales? Ni Canarias, ni en este caso Andalucía, se pueden permitir renunciar a unos fondos que a nosotros nos habría ahorrado adoptar algunas decisiones que, duras pero necesarias, hemos tomado en los últimos meses.
Hablamos, por tanto, de un asunto de la máxima importancia, que estará en lo más alto de la lista de prioridades de mi Gobierno en los próximos meses. Y que también debe estarlo en la agenda del presidente del Gobierno de España, a quien las autonomías tendremos la oportunidad de explicarle nuestra posición en la Conferencia de Presidentes que ha convocado para el próximo 2 de octubre.
Será en ese momento cuando se ponga de manifiesto la voluntad real –o no- de avanzar hacia la convergencia entre las comunidades autónomas, y si éstas asumen el principio de solidaridad como elemento de cohesión social entre los diecisiete territorios.
Por lo que respecta al Gobierno de Canarias, seguiremos buscando puntos en común con otras comunidades autónomas perjudicadas por el actual modelo para abrir líneas de trabajo y colaboración que nos permitan mantener una posición firme en la defensa de la revisión de un sistema que tanto daño nos está haciendo.
Sr. Presidente, yo al tema este de la financiación de las CCAA no le veo una solución que pueda contentar a todas ellas. Dese cuenta de que, la mejor financiación de algunas, supone necesariamente reducir las transferencias a las otras. Además, para acabar de complicar las cosas, el fondo común pronto se verá reducido pq Cataluña logrará un pacto fiscal. La tarta a repartir va a ser cada vez más pequeña y los comensales más voraces.
Hay que defender a Canarias, todas las fuerzas que podamos unir para lograr una financiación más justa y solidaria con estas Islas serán bienvenidas.
Canarias hizo sus deberes y cumplió plenamente con la Hacienda del Estado. Si se cumplieran las reglas, y el PP fuera coherente e inteligente, el Estado tendría que ser generoso con estas islas para que el resto de las comunidades siguieran su ejemplo de contención de gastos.
Las políticas e ideologías también habrán de hacer una revisión de sus modelos y no malacostumbrar a las gentes desde los poderes democráticos a sentirse eternamente actores de pasados que no les pertenece ni de presentes compartimentos estanco que demonicen cualquier idea de cambio. Las sanas sociedades contrarias a los tiempos que viven… como poco terminan tiritando.
Somos lo que somos, presente, con diferentes circunstancias, y la política debe ser más flexible, menos cerrada a siglas que puedan acabarse convirtiendo en dogmas sectarios irreflexivos. Respeto a la democracia, responsabilidad y previsión para crear nuevos modelos, siempre en base a ese amor a lo democrático, que faciliten la vida a las generaciones futuras, aunque la nuestra no se beneficie del todo de ello.
El sólo hecho de formar parte activa de ese cambio tan brutal al que estamos haciendo frente, sin apenas darnos cuenta, y de una manera tan pacífica y positiva, con las naturales exigencias de todos los que padecemos este desajuste crítico, debería llenarnos de orgullo.
Cambiar es sano, adaptarse a las nuevas circunstancias, cada cual poniendo un poco de su parte en el fortalecimiento de esa nueva idea a modo de gran ola que busca justicia, prosperidad y solidaridad global, con el fin de crear y reforzar pueblos libres y soberanos… Cambiar modelos debería ser ejemplo dignísimo para cualquier alma que ame la libertad y el progreso humano, porque nada es eterno y nadie tiene, ni tendrá jamás, la única verdad en su mano.
Nuestro mundo está super intercomunicado, y el conocimiento de otras realidades debería ampliar la riqueza cultural humana. Y sabiendo que todos somos lo mismo, apartados los telones del acero de la ignorancia, tal vez amanezca nuevo ciclo, más humano, para humanos libres, apartando cada cual de su camino los tradicionalismos culturales que no ayuden a esa búsqueda de una sociedad más sana. Se pueden crear nuevas y más anas tradiciones. ¿Por qué no?
Estamos involucrados en uno de los períodos históricos humanos más complicados, y lejos de buscar en el pasado los solucionarios, porque con la gran tranquilidad y paciencia con que nos estamos tomando las cosas los hemos superado, deberíamos valorarnos más y crear nuevas realidades en base a nuevos modos de pensar.
Creo que jamás existió en la Historia humana un proceso de cambios tan fuertes, en todos los sentidos, y que tuviera por respuesta una conducta social tan pacífica y creadora, ansiando regenerar, modificar, mejorar… en base a estas nuevas circunstancias. No se debería silenciar ni castigar a la gente que piensa diferente y seguramente el paso de estos momentos tan difíciles venga de la mano de un cambio de pensamiento.
Como ya dijo alguien, y como pudieran pensar algunos pocos más, no duden jamás que un pequeño grupo de personas comprometidas pueda cambiar el mundo, porque de hecho es lo único que ha logrado cambiarlo siempre.
Cuando un modelo hace sufrir en lugar de progresar debe revisarse y variarse en la medida que deba variarse, su conformación. Por bien de nuestro presente, y del futuro, aunque no lo disfrutemos, pensemos diferente.
Ese es el camino que debe seguir y conseguir una financiación acorde con la realidad canaria. Aportamos mucho y recibimos muy poco a cambio, tan poco que somos los que menos recibimos. Es hora de exigir y pelear.
Buenos dias a todos,le deseo lo mejor señor Presidente ,ánimo y suerte.
Cada empresa que trabajase en Canarias debe declarar su beneficios en Canarias. Es una verguenza que la comunidad autónoma de Madrid crea que da ejemplo de solidaridad por que da el dinero que empresas que operan en otras comunidades declaran allí. Solo pienso en los hoteles que sacan dinero de nuestra mano de obra, nuestro clima, nuestros paisajes e infraestructuras que pagamos todos los Canarios y declaran sus benefios en Madrid y Cataluña.