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I Encuentro Tricontinental de Ciudades y Gobiernos Locales

Muy interesante el I Encuentro Tricontinental de Ciudades y Gobiernos Locales que se ha celebrado entre ayer y hoy en Las Palmas de Gran Canaria. Un congreso en el que se han dado cita representantes de 30 municipios de Europa, África y América Latina para debatir y compartir experiencias en torno al municipalismo y a las nuevas formas de relación, trabajo y participación con la ciudadanía; y también para impulsar un proyecto de cooperación internacional en este ámbito dentro del Programa Municipia.

Ayer tuve la oportunidad de presidir la inauguración del encuentro y no pude reprimir mi entusiasmo con el proyecto, especialmente porque mi vinculación con el municipalismo es muy fuerte tras 28 años como alcalde de El Sauzal, y recordé los profundos cambios en todos los sentidos que se han ido experimentando desde que accedí a la alcaldía en 1979, cuando no existían ni ordenadores ni casi máquinas de escribir y hasta las actas se escribían con bolígrafo, hasta nuestro días, en que las nuevas tecnologias lo impregnan todo y lo hacen todo mucho más fácil.

Pero lo que es más importante, los cambios que se han generado desde el punto de vista democrático. En aquellos tiempos, prácticamente el vecino tenía que conformarse con votar cada cuatro años (en realidad, pudieron comenzar a votar ese mismo año); mientras que ahora participan incluso en los plenos a través de los consejos vecinales.

Y dos han sido los factores, en mi opinión, que han contribuido al desarrollo del concepto de municipalidad: la llegada de la democracia, evidentemente, pero también la descentralización de la Administración pública (de Madrid a las comunidades autónomas, y de éstas a los ayuntamientos).

30 años después nos encontramos con un escenario completamente diferente, en el que los avances sociales y tecnológicos no sólo posibilitan la realización efectiva de algunas de las más ancestrales aspiraciones del ser humano, sino que, además, asoman como exigencias ineludibles para aquellos que aspiramos a administrar y servir desde el espacio público a la ciudadanía.

Conceptos como ‘gobernanza democrática’, ‘cohesión social y territorial’, ‘participación’, ‘eGobierno‘, ‘eDemocracia‘, ‘eAdministración‘, ‘Gobierno Abierto‘, ‘ePolítica’ o ‘Política 2.0’… no son productos de laboratorio o de la mente preclara de algún genio de la sociología, de la politología o la comuncación.

Lejos de esto, es la respuesta necesaria a una realidad que se viene fraguando desde las propias bases de la sociedad en las últimos décadas. Una respuesta que desde el imparable desarrollo de las nuevas tecnologías, y la irrupción de Internet, se ha convertido en una explosión de vivencia y exigencia democráticas. Por eso creo, política y personalmente, que ese compromiso debe ser sincero, firme y ambicioso.

La gobernanza y el resto de iniciativas de modernización y democratización de los gobiernos y las administraciones públicas no pueden ser un mero maquillaje de cara a la galería. Tampoco quedarse en el acercamiento de las estructuras y servicios de las instituciones a las personas.

El ciudadano de este inicio del tercer milenio demanda cambios mucho más profundos. Exige su participación activa en la política y en las instituciones, en la Administración. Quiere, debe y puede.

Las herramientas tecnológicas ya le permiten hacer efectivas esas aspiraciones a las que al principio hacía referencia. Estamos inmersos en un proceso realmente apasionante. Un proceso que nos conduce a que las cosas sean como deben ser. Con la política alcanzando toda su extensión. Con los ciudadanos reforzando su condición.

Y eso sólo es posible desde la transparencia, la participación directa y el control efectivo de este proceso y de las acciones de gobierno. En definitiva, la revitalización de la democracia directa mucho más allá de la emisión de un voto cada cuatro años.

Un proceso que no acaba ahí. Un proceso que nos habla de economía. De un modelo económico basado en los principios ya señalados. Un modelo abierto en el que la acción conjunta de administraciones, empresas y ciudadanos contribuya a promover un tejido productivo eficaz, moderno y adaptado a cada sociedad y territorio concretos. A impulsar el desarrollo armónico y sostenible de esas mismas sociedades. Un modelo económico que tenga a las instituciones como aliadas, y que otorgue las mayores facilidades y su máxima cooperación.

Conscientes de esa oportunidad, de esa exigencia y de ese reto que tenemos por delante, desde el Gobierno de Canarias hemos articulado en estos últimos cuatro años numerosas medidas encaminadas en esa dirección.

En el ámbito de la Modernización Administrativa vinculada al sector empresarial, por citar un ejemplo, el Gobierno de Canarias ha trabajado, desde el inicio de la Legislatura, en el desarrollo de un amplio abanico de proyectos dirigidos, muchos de ellos, a reducir la burocracia y las cargas administrativas innecesarias, a simplificar trámites y procedimientos, y a optimizar la eficacia en el empleo de los fondos públicos, entre otros objetivos.

En este marco, hay que reseñar que desde 2010 se trabaja en 149 proyectos de modernización, con más de 65 millones de euros de presupuesto.

Entre otros, cabe destacar la continuación de los Proyectos de Simplificación y Normalización de Procedimientos; la Simplificación, Racionalización y Normalización de los Procedimientos del Servicio de Instituciones Financieras y la gestión telemática del Procedimiento de Clasificación de Empresas.

Por otra parte, y en cumplimiento del Principio de Simplificación Administrativa (para que se reduzcan de manera sustancial los tiempos y plazos de los procedimientos administrativos), y del Principio de Transparencia y Publicidad del Procedimiento (por el cual el uso de medios electrónicos debe facilitar la máxima difusión, publicidad y transparencia de las actuaciones administrativas, recogidos en la Ley 11/2007, de acceso electrónico de los ciudadanos a los servicios públicos), el Gobierno ha desarrollado el Catálogo de Procedimientos Administrativos de la CAC y un amplio abanico de actuaciones encaminadas a la simplificación y racionalización administrativa.

Un Catálogo que recoge la información básica de estos procedimientos y los pone a disposición de la ciudadanía, así como de empresas, organizaciones y administraciones públicas. En la actualidad se encuentran disponibles alrededor de 700 procedimientos y su aprobación ha supuesto la mejora, modernización y actualización de la actual Guía de Procedimientos, Guía de Ayudas y subvenciones.

Son sólo algunos ejemplos desde el punto de vista meramente administrativos. Pero también podríamos hablar de nuestras acciones en las redes sociales, en la búsqueda de una comunicación directa con el ciudadano. Y cuando hablamos de comunicación lo hacemos en el más puro sentido 2.0 de la palabra, es decir abierta, multidireccional y transparente.

Sujeta a la escucha activa de todo aquellos que nos proponen, plantean o cuestionan los ciudadanos, o de las múltiples vías abiertas por la práctica totalidad de las consejerías y departamentos para avanzar en ese nuevo modelo que demandan los ciudadanos.

Pero también me gustaría destacar otras connotaciones del encuentro: el trabajo conjunto de esa treintena de ciudades de Europa, África y América Latina. El enriquecimiento común en base a las experiencias y logros de modelos y realidades tan diferentes -algunas de ellas auténticos referentes en este nuevo modelo de hacer política gobierno-.

Y la iniciativa de convertir Canarias en enclave estratégico en el Atlántico, eje de una red de ciudades atlánticas y centro para la cooperación y desarrollo del África Occidental. Una feliz determinación que desde el Gobierno de Canarias aplaudimos y apoyamos sin reservas, porque ese papel de archipiélago puente entre continentes y puerta de relaciones y acciones con África supone uno de nuestros principales objetivos.

El mundo avanza a pasos acelerados y aquellos que tenemos responsabilidades públicas debemos comenzar a llevar la iniciativa y sumarnos, con todas sus consecuencias, a la gran revolución democrática y comunicativa que se está dando tanto en la calle como en Internet, para poder dar respuesta a las nuevas sensibilidades y exigencias ciudadanas.