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Maspalomas

Esta mañana he presidido mi primera reunión del Consorcio para la Rehabilitación del Sur de Gran Canaria como responsable directo del área de Turismo en el Gobierno de Canarias, y mi impresión ha sido muy positiva. He encontrado excelente disposición por todas las partes: Estado, Cabildo y Ayuntamiento de San Bartolomé de Tirajana; y muy buenas ideas para poner en marcha definitivamente este órgano con el que queremos mejorar las infraestructuras turísticas y urbanísticas, y por consiguiente la imagen turística del que es uno de los destinos más importantes a escala internacional.

Hemos hablado de muchos aspectos que debemos tomar en consideración: la atención al pequeño detalle, la concienciación de la ciudadanía, la implicación de los empresarios… El gerente del Consorcio, Rafael Molina, tiene muy bien detectados los puntos estratégicos por los que deben conducirse nuestras acciones, y todos hemos expresado la firme voluntad de poner en marcha la maquinaria durante 2011.

Me gustaría aquí hacer una pequeña reflexión sobre la importancia de las ‘pequeñas cosas’, algo que a veces pasa desapercibido por el deslumbramiento que producen las obras estrella, pero que realmente suponen un soporte fundamental para iniciativas de estas características. Qué duda cabe de que en un lugar cuidado, donde el vecino se preocupa por tener en las mejores condiciones su casa, la fachada, el jardincito, la acera… esa actitud se contagia. Lo mismo en el sentido contrario, si todo está sucio y abandonado, lo más probable es que la gente acabe descuidando sus cosas también. Por eso, un trabajo de concienciación que implique a todos los agentes participantes es una de las mejores inversiones que podemos hacer.

El arreglo de aceras, de parques, de rincones, fachadas, vías públicas… junto a la sustitución de construcciones obsoletas por otras renovadas en búsqueda de la excelencia es otra de las columnas fundamentales del proyecto.

Y también las acciones de mayor calado, como por ejemplo la recuperación definitiva del palmeral de Maspalomas para convertirlo en un gran parque o el acondicionamiento de las dunas…

Pero los empresarios deben saber que esto no es cosa sólo de las administraciones públicas, sino algo que nos afecta a todos y que va en beneficio de todos. Experiencias como las de Puerto del Carmen, en Lanzarote, son un perfecto ejemplo de lo mucho que se puede conseguir con la implicación de los empresarios y los ciudadanos codo con codo con las instituciones.

Hoy hemos sentado las bases del trabajo, y en breve volveremos a reunirnos para seguir desarrollándolo. Todos de la mano.