Años atrás, la mayor crisis económica de las últimas décadas abrió las puertas en las Islas a los años más duros de nuestra andadura autonómica. Y años atrás nos comprometimos –me comprometí como presidente- a plantar cara a esas dificultades defendiendo contra viento y marea la educación y la sanidad públicas y las políticas sociales.
Otros gobiernos optaron por las privatizaciones y por dar la espalda a quienes peor lo estaban pasando; en Canarias pusimos los cinco sentidos en apuntalar lo público, en blindar la justicia social.
Mientras otros territorios tomaron la senda de los recortes sociales, en las Islas dijimos que ése no era el camino, que otro camino –otra política- era posible.
Años atrás nos comprometimos –me comprometí como presidente- a abordar la crisis de forma diferente a como lo estaba haciendo el Gobierno de España.
Hace apenas seis días, la inmensa mayoría de los canarios ha aprobado con su voto nuestra forma de hacer las cosas, nuestra apuesta por lo público, nuestra defensa de la justicia social, nuestra firmeza en la defensa de los intereses de las Islas.
Hace hoy seis días los canarios han dicho sí a los servicios públicos, a la responsabilidad, al compromiso social, al empleo, a la protección del mar y del territorio.
Ése era el camino. Ése, el de las políticas de progreso, es el que los canarios han apoyado con su voto para que la recuperación sea cosa de todos y no de unos pocos.
Hay mucho que agradecer a más de dos millones de canarias y canarios de dentro y fuera de las Islas.
Mucho ha sido el esfuerzo. Muchos los sacrificios, e incalculable la dignidad con la que los ciudadanos del Archipiélago han vivido estos años tan complicados.
Gracias a ese esfuerzo colectivo -al trabajo de todos, sin excepción- estamos dejando atrás la crisis.
Hace falta generar muchos miles de puestos de trabajo. Es necesario mejorar la respuesta y atención social a quienes peor lo están pasando. Hay que seguir trabajando para mejorar el reparto de la riqueza, para combatir las desigualdades.
Ahora bien, avanzamos en la dirección correcta.
Canarias lidera la recuperación económica, las Islas crecen más que ningún otro territorio. Un nuevo ciclo económico ha echado a andar, y hemos sentado las bases de ese nuevo tiempo.
Crecemos y lo hacemos sin hipotecas, sin las cargas que han contraído otras comunidades cuyos gobiernos, a diferencia del canario, se dejaron arrastrar por la tentación del endeudamiento.
Estamos creciendo y más pronto que tarde ese dinamismo económico se traducirá –está ya traduciéndose- en una mayor creación de empleo para la gente de aquí.
Sin caer en la autocomplacencia, y siendo conscientes de que hay cosas que pueden y deben hacerse mejor, tenemos motivos para la esperanza y para sentirnos orgullosos de la tarea realizada. Los datos nos llenan de razones para el optimismo.
Caminamos en la buena dirección. Hemos dejado atrás lo peor.
La progresiva disminución de los recursos públicos durante estos años -como consecuencia del acatamiento de los estrictos criterios sobre déficit y deuda- ha condicionado la gestión política y, en consecuencia, la vida de cientos de miles de canarios.
Ha sido difícil. No ha sido fácil gestionar –gobernar- con tantos problemas presupuestarios.
Lo sencillo hubiera sido caer en la tentación de la privatización, o incumplir nuestras obligaciones financieras aumentando de manera irresponsable el gasto público. No lo hicimos.
Hemos cumplido con las directrices, pero también con los canarios que reclaman servicios, derechos y oportunidades.
No ha sido fácil gobernar contracorriente, en medio de un clima social enrarecido. Y lo hemos hecho con el rigor y la honradez que se reclama en la calle y en las urnas.
La defensa de los intereses generales de los canarios ha estado siempre por encima de cualquier otra consideración de tipo político o partidario y, lógicamente, de cualquier interés particular.
A los canarios se nos ha escuchado. Y a quienes nos han querido oír les hemos dicho que la dignidad de un pueblo no es negociable.
Hemos hecho de lo público y de la justicia social nuestra bandera. Pero, no nos hemos quedado ahí. Hemos trabajado por mejorar la competitividad de la economía canaria, por la modernización del sector turístico, por la rehabilitación y la diversificación de mercados.
Hemos garantizado los fondos comunitarios del nuevo marco presupuestario de la Unión Europea, al tiempo que hemos aprobado los nuevos aspectos fiscales del REF y la propuesta de reforma de sus aspectos económicos.
Hemos impulsado reformas estructurales desde el consenso, que se han plasmado en leyes como la de Transparencia, la Ley de Cabildos o la Ley de Municipios de Canarias. Y en una reforma del Estatuto de Autonomía, que ahora está en Madrid y que, entre otros aspectos relevantes, contempla una necesaria rebaja en los topes electorales que abrirá las puertas a un Parlamento más plural.
Lo hemos hecho todo, entre todos; dialogando Gobierno, cabildos, ayuntamientos y agentes económicos y sociales.
Con el Estado no fue posible porque dos no dialogan si uno –el Gobierno de Madrid- no quiere; pero en las Islas la colaboración y la lealtad institucional han sido una realidad, una herramienta de trabajo tan necesaria como efectiva.
Canarias ha hecho su tarea, las ocho Islas están preparadas para abordar los próximos retos.
Sentadas las bases de la recuperación, toca mirar al futuro. La historia de este pueblo se sigue escribiendo. Tenemos que seguir avanzando hacia la Canarias que hace falta. No podemos dar por concluido el esfuerzo, no podemos desandar lo andado.
Esta tierra, la nuestra, la de todos, debe continuar la senda ya iniciada, consolidando las líneas estratégicas de desarrollo que nos han permitido crecer por encima de la media estatal incluso en estos años difíciles.
Líneas que han estado en consonancia con las directrices establecidas por la Unión Europea, que ya en el año 2010 debatió y estableció cómo y de qué manera era necesario crecer.
Así, llegó Europa a la conclusión de que había que ir a un crecimiento inteligente basado en el desarrollo de una economía sustentada en el conocimiento y la innovación.
Apostó la UE por caminar hacia un crecimiento sostenible, por la promoción de una economía más verde y competitiva, por el fomento de una economía con alto nivel de empleo, donde prime la cohesión social y territorial.
En esa dirección, los canarios hemos encaminado los pasos para aprovechar nuestra privilegiada posición geográfica y nuestro clima, la fortaleza de nuestras infraestructuras y servicios, nuestros potentes atractivos fiscales y nuestra seguridad jurídica.
La internacionalización de nuestras empresas y la consolidación del Archipiélago como una plataforma de relaciones con África son, ahora sí, una realidad.
El impulso de sectores como las producciones cinematográficas, las energías renovables, la colaboración humanitaria o las políticas de I+D+I constituyen líneas de actuación en las que debe seguir trabajándose.
Debemos garantizar el sostenimiento de los servicios públicos esenciales, la igualdad de oportunidades.
No hemos permitido -en estos años tan difíciles- que los canarios vean recortados su derecho a una sanidad pública de calidad. No hemos tolerado que nuestros niños y jóvenes pudieran llegar a ver obstaculizado su acceso a una educación pública.
El futuro de Canarias nos compromete a todos, tengamos o no responsabilidades públicas. Esa Canarias posible, esa Canarias necesaria, es una responsabilidad que atañe a todos, se esté o no en política.
Hemos recorrido un largo camino. Hemos alcanzado muchas metas. Lo que somos, lo que llegaremos a ser, solo existe porque muchos, en el pasado y en el presente, han contribuido y siguen contribuyendo con su esfuerzo, con su ejemplo, con su ilusión, a lograr una sociedad más competitiva, más justa, más sostenible, más capaz.
Hoy celebramos nuestra canariedad. Hoy premiamos a los hombres y mujeres que de forma individual o colectiva son valedores de esa identidad.
Cecilia Domínguez Luis; Luis Millares Sall y Antonio Ramos Gordillo, Premios Canarias 2015 de Literatura, Cultura Popular y Deportes, respectivamente, reciben hoy el homenaje de toda Canarias porque, cada uno en su ámbito, son un referente, un ejemplo a seguir.
En ellos reconocemos el trabajo, el talento, el compromiso, el tesón, el amor por la tierra, la universalidad; todos los valores que nos hacen avanzar, que nos permiten superar los obstáculos del camino.
Felicidades a los tres Premios Canarias 2015. Felicidades también a las Medallas de Oro. Simbolizan la diversidad de esta tierra, la pluralidad que define nuestra riqueza y nuestra fortaleza.
Felicidades a Tomás Padrón y a Jerónimo Saavedra, ejemplos de cómo se construye Canarias, atendiendo a una visión global pero escuchando las voces insulares.
Felicidades a Juan Verde. Felicidades a Ildefonso Aguilar, a Jesús Simancas, a Brian Morris, Elfidio Alonso, Berta Pérez Moreno y Luis Balbuena. Ustedes engrandecen el nombre de Canarias, dignifican y embellecen esta tierra con sus trayectorias.
Enhorabuena también a dos periódicos centenarios, El Día y La Provincia; al colectivo organizador de la Feria de Artesanía de Antigua y al Real Casino de Tenerife.
Felicidades a todos los palmeros por la Medalla de Oro que recibe la Bajada de la Virgen de las Nieves. Y felicidades también a Greenpeace, a Lopesan y al Servicio de Prevención y Epidemiología de la Dirección General de Salud Pública, por su buen hacer.
A todos, gracias en nombre de todos los canarios.
Éste no es un día de Canarias cualquiera. Hace apenas una semana se han celebrado unas elecciones que abren la puerta a nuevos gobiernos, a nuevas responsabilidades.
Tampoco es un 30 de mayo cualquiera para quien les habla.
He dedicado la mayor parte de mi vida a la política, a la gestión pública.
He desempeñado diferentes responsabilidades, y en cada una de ellas he intentado dar lo mejor de mí mismo trabajando de sol a sol con honradez, seriedad y responsabilidad.
He acertado y me he equivocado, pero ni un solo minuto he bajado los brazos en la defensa de nuestras Islas; ni un solo minuto he dejado de luchar en la búsqueda –en la exigencia- de respuestas y soluciones para esta tierra.
Me he entregado en cuerpo y alma a las tareas que sucesivamente se me han encomendado, siempre con la misma ilusión con la que llegué el primer día al Ayuntamiento de mi pueblo, El Sauzal.
Con esa ilusión, responsabilidad y entrega he trabajado durante los últimos ocho años.
Ocho años en los que, más allá de los desencuentros que en ocasiones acompañan a la política, he contado con la colaboración de todos.
Creo en Canarias. Creo que Canarias debe hacerse desde Canarias. Creo que para avanzar en la cohesión de Canarias, es fundamental aproximar el Gobierno y su Presidencia a las ocho Islas. De ahí, mi presencia permanente durante estos años en todas y cada una de ellas.
Creo que somos un pueblo capaz, valiente, con el talento y el coraje que abre las puertas del mejor futuro.
Mi compromiso con Canarias no termina estos días. Mi compromiso con Canarias es para siempre.
El final de una etapa es el comienzo de la siguiente, que abordaré con idéntica ilusión y ganas.
Mi disposición a seguir trabajando y ayudando a esta tierra no tiene fecha de caducidad.
Al Gobierno que se constituya en las próximas semanas le deseo la mejor de las suertes. El reto que tiene por delante es apasionante.
A todos, a los canarios que viven en nuestras Islas y a los del otro lado del Atlántico, feliz día de Canarias.
Muchas gracias
Santa Cruz de Tenerife, 30 de mayo de 2015
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