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Todo lo que ocurre en Venezuela nos queda más cerca que lejos. Todo lo que sucede en la llamada octava isla acapara nuestro interés, nuestra atención y preocupación. Son muchos los canarios, los descendientes de canarios y los canarios-venezolanos que tienen -tenemos- el corazón allí y aquí. Nada de lo que allí ocurre nos es indiferente. Nada de lo que pase nos queda lejos. Los canarios nos sentimos y estamos especialmente cerca de Venezuela en unos momentos especialmente complicados y dolorosos.

El 6 de diciembre de 2015 un rayo de esperanza apareció en la Venezuela hermana con una clara y contundente victoria de la oposición en las elecciones parlamentarias. La oposición venezolana superó, contra vientos y mareas, todos los obstáculos y venció en las elecciones parlamentarias. La Mesa de la Unidad Democrática (MUD) logró legítimamente el control de la Asamblea Nacional al conseguir 112 escaños, que suponían los dos tercios de la Asamblea y por lo tanto una enorme capacidad de maniobra para tomar decisiones muy importantes.

En este orden de cosas, cabe recordar que la Constitución venezolana determina que la Asamblea puede designar o destituir a las autoridades de otras instituciones, como los magistrados del Tribunal Supremo de Justicia o los miembros del Consejo Nacional Electoral. Va aún más lejos. Además, tiene la capacidad de promover referendos, reformas constitucionales y asambleas constituyentes, así como promulgar leyes orgánicas.

Ciertamente, los pronunciamientos sucesivos de los unos y de los otros desde un primer momento apuntaban a que el entendimiento entre el Gobierno de Nicolás Maduro y la oposición –que controla la Asamblea Nacional– no iba a va a ser fácil. Todo lo contrario. Las tensiones entre el Gobierno y la oposición organizada entorno a la Mesa de Unidad Democrática se multiplicaron de inmediato.

En primer término, el enfrentamiento llegó con el anuncio del presidente el Dia del Trabajo. «Hoy 1 de mayo anuncio que en uso de mis atribuciones presidenciales como jefe de Estado constitucionales, de acuerdo al artículo 347, convoco al Poder Constituyente Originario para que la clase obrera y el pueblo convoque a la Asamblea Nacional Constituyente», dijo. Y, en segundo lugar, con el contraataque de la oposición utilizando su mayoría en la Asamblea para convocar al pueblo a un pronunciamiento contrario a la propuesta gubernamental.

La oposición de Venezuela consiguió el pasado domingo un triunfo incontestable en la consulta convocada por la Asamblea Nacional, obteniendo más de siete millones de votos. El resultado alcanzado demuestra el músculo, la capacidad de movilización, el coraje y la convicción de los adversarios del régimen que encabeza Nicolás Maduro, un logro que hicieron realidad a pesar de las condiciones y de la poca antelación con las que se convocó el proceso.

Día a día, semana a semana y mes a mes crece aún más la tensión en un país roto, dividido y castigado. En el horizonte no se ve ninguna luz que hable de diálogo. El consenso, el respeto democrático y el espíritu de reconciliación, ahora más necesarios que nunca, son desdibujados por la actitud de quienes se niegan a escuchar la voz de una inmensa mayoría de ciudadanos. Los actos violentos son cada día más numerosos e impunes, como así lo confirma tristemente que más de cien personas han muerto ya, devorados por una atmósfera y un contexto prebélico.

Mientras tanto, los venezolanos, los canarios que emigraron allí y los canario-venezolanos son cada día más pobres y ven cómo se alejan las oportunidades y se incrementan sus necesidades desatendidas. Bajo el título “Caritas con Venezuela” esta organización no gubernamental ha señalado que con la situación actual del país el 82% de los venezolanos viven en contexto de pobreza. Las elevadas tasas de inflación, el colapso del sistema de salud y la violencia mantienen al país en una terrible crisis humanitaria. Han reaparecido enfermedades como el paludismo, difteria y tuberculosis, que se consideraban erradicadas, y se ha triplicado desnutrición aguda a menores de cinco años. Venezuela ha dicho alto y claro que basta ya. Los venezolanos merecen ser escuchados. Aquel país, tan lejos y tan cerca de los canarios, bien merece que ni la Unión Europea ni la comunidad internacional sigan mirando hacia otro lado.