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Otra vez la negociación muy abierta. De nuevo, meses después, conversaciones a varias bandas para buscar una mayoría de consenso, en esta ocasión para aprobar el techo de gasto para 2018, un paso previo imprescindible para que echen a andar los Presupuestos Generales del Estado.

Desde las pasadas elecciones generales del 26-J, en las que las urnas ratificaron la pérdida de la mayoría absoluta del PP y la dificultad para alcanzar acuerdos de gobierno estables, el único camino posible es el del diálogo, el consenso y el entendimiento, fruto de la negociación permanente entre las fuerzas políticas.

Autodescartado el PSOE para alcanzar acuerdos con Mariano Rajoy, así como Unidos Podemos y los nacionalistas-independentistas catalanes, las opciones de Rajoy para articular la mayoría que hace falta para aprobar los asuntos y medidas más relevantes de la legislatura se reducen a sumar a Ciudadanos, PNV, CC y NC. Las cuatro formaciones citadas vienen de obtener importantes réditos en la compleja negociación llevada a cabo para aprobar los Presupuestos del Estado del presente ejercicio. Pocos meses después, vuelta a la mesa de  negociación, otra vez se activa el mecanismo negociador para buscar un acuerdo que permita aprobar el techo de gasto del próximo año y  los Presupuestos Generales del Estado de 2018.

El grado de interlocución del PP con cada una de las fuerzas que unieron sus fuerzas para aprobar los Presupuestos del 2017 va a ser ahora algo diferente. Ciudadanos parte de una situación envidiable para seguir imponiendo a Rajoy y a Montoro acuerdos que figuran en sus compromisos electorales, muchos de ellos, además, consensuados con el PSOE de Pedro Sánchez. Por su parte, el PNV jugará de nuevo a seguir sacando tajada al apoyo a Rajoy, aunque con la abstención de los populares en el Parlamento de Euskadi obligan a los nacionalistas vascos a modular (al menos en algo) sus exigencias. En este contexto debe leerse que su grupo parlamentario en Madrid se haya abstenido en la reciente reprobación a Cristóbal Montoro en el Congreso de los Diputados -gesto que sin duda será debidamente compensado con nuevas inversiones y compromisos de desarrollo de su autogobierno-.

¿Y los partidos de obediencia canaria? La posición con la que Coalición Canaria afronta estos dos hitos, votaciones que pueden permitir la continuidad de la legislatura sin grandes sobresaltos o entrar en un período de máxima inestabilidad, resulta tremendamente exigente y obliga a hilar fino. Coalición disfrutó con el pacto con el PSC, a raíz de las  elecciones del 2015, de una posición envidiable: pacto con los socialistas en Canarias -pacto que funcionó muy bien- y acuerdos en Madrid con el PP que CC rentabilizaba satisfactoriamente para  los intereses generales del Archipiélago. Era el juego de equilibrios perfecto, una posición enviable que permitió a los nacionalistas canarios tener la estabilidad necesaria en las Islas  y capacidad para influir en el PP desde la necesidad que tenían, y siguen teniendo, del voto de CC. Aquel escenario acabó. Quedará para el recuerdo la decisión de CC de expulsar al PSOE del Gobierno de Canarias en diciembre de 2016, una decisión que condiciona la correlación política y que puede dar con CC en la oposición por primera vez desde que asomó la cabeza en el Parlamento canario en 1993.

De acuerdo con la anterior, el voto de CC va a estar comprometido con el PP, tanto para el techo de gasto como para los presupuestos del 2018. Tanto si entran a formar parte del Gobierno de Canarias como si se quedan fuera, los populares canarios van a tener un gran margen de maniobra para obligar a CC a que les apoye en Madrid a cambio de que los populares -desde dentro o desde fuera- sostengan el Ejecutivo de Clavijo.

Por su parte, Nueva Canarias vuelve a partir de una posición inmejorable. No le debe nada al PP. No depende su presencia institucional del partido de Rajoy. Como baza seguirá esgrimiendo la dificultad que les supone apoyar -aunque sea puntualmente- al PP, desde la posición que tienen en el Congreso de los Diputados. NC tendrá que seguir decidiendo entre colocar el interés de Canarias por encima de todo o estar a su compromiso inicial con los  partidarios de Pedro Sánchez. En honor a la verdad hay que decir que hasta ahora lo han tenido muy claro: los intereses de los canarios por encima de cualquier oportunismo partidario.

Desde esa posición de privilegio de NC para negociar el techo de gasto y los Presupuestos Generales de 2018 los contactos de Rajoy y su equipo con Román Rodriguez y los suyos irán a más. En los mentideros políticos se hacen cábalas acerca del encuentro, discreto, que han mantenido esta pasada semana Rajoy y Román Rodríguez  -acompañado por Pedro Quevedo- en Moncloa.

Dos hitos por delante con los que el PP quiere contar con el apoyo de Nueva Canarias: techo de gasto y Presupuestos Generales de 2018. Dos envites del PP a NC y dos envídos siete de NC al PP: Nueva Ley Electoral en Canarias y aplicar el control de precios y la subvención del 75% a los residentes canarios en los vuelos Canarias-Península. Las cartas están dadas, ¿quién ganará la partida?