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Portal de transparencia del Gobierno de Canarias

La Casa Real se suma a la senda que algunos -y entre otros, sin duda, el Gobierno canario- hemos emprendido hace tiempo. El paso dado esta semana por el Rey sitúa a la monarquía española –siempre atenta y comprometida con Canarias- en la buena dirección, reforzando la transparencia, la austeridad y la delimitación entre el ejercicio de lo público y lo privado.

Medidas como las anunciadas por Felipe VI hace apenas unos días ayudan a impulsar el necesario avance que exigen los tiempos y la ciudadanía, y suponen la validación inmediata de algunos de los aspectos más relevantes de su discurso de proclamación. Pasos que exige la ciudadanía, que en Canarias estamos dando antes que en otros territorios y que deben acercarnos a modelos de funcionamiento y organización más transparentes y participativos; en definitiva, más democráticos –siempre he defendido, y reitero, que de la crisis económica, política e institucional no se sale con menos sino con más política-.

Desde el Gobierno de Canarias nos congratulamos de que la Jefatura del Estado emprenda una apertura que nos parece acertada y necesaria –indispensable- por lo que supone de compromiso con los derechos y libertades, con el progreso político y social de nuestra gente y que, en un ejercicio de coherencia, el Ejecutivo que presido ha venido poniendo en práctica desde mediados de 2007.

La Administración autonómica canaria ha concretado cambios más que significativos en los últimos años. Desde los esfuerzos por acercar la gestión a empresarios, colectivos y ciudadanos a través de la Administración electrónica hasta la puesta en marcha del portal de transparencia, muchas han sido las iniciativas, las medidas y los canales abiertos para esa profundización democrática que siempre he reivindicado.

En éste como en otros ámbitos, Canarias se ha modernizado y renovado, y lo ha hecho pronto y bien, acercándonos aún más a los ciudadanos y ofreciéndoles una forma de estar y hacer en la gestión pública –en la política- que responde a lo que los ciudadanos están pidiendo.

Hemos cambiado muchas cosas; y lo hemos hecho en la defensa de los sectores más débiles de nuestra sociedad, colocando a la gente en el centro de nuestras políticas, defendiendo a capa y espada el mantenimiento de los servicios básicos –educación, sanidad, políticas sociales- en estos tiempos tan difíciles y a pesar del maltrato del Estado.

Hemos cerrado filas en la defensa de nuestro medio ambiente, de nuestro territorio, de nuestro paisaje y de nuestra rica biodiversidad, claves básicas no sólo para el bienestar de quienes aquí residimos, y de nuestras futuras generaciones, sino también del pilar básico de nuestra economía, el turismo.

Estamos cambiando las cosas en una firme apuesta por la búsqueda de mecanismos imaginativos que contribuyan al desarrollo, diversificación, internacionalización y modernización de nuestra economía. La astrofísica, las energías renovables –viento, sol, mar…-, I+D+i, la incorporación decidida del software libre en la Administración, la rehabilitación turística, la apertura de nuevos destinos, el impulso del concepto de Canarias como hub, las relaciones con África o, entre otras muchas líneas de trabajo, con la Estrategia 2020.

Estamos cambiando las cosas, y por ello exigimos dar voz a la gente no sólo cada cuatro años, durante el proceso electoral, sino de forma continuada. Apostamos por una Administración que trabaje codo a codo con los ciudadanos, en donde la sociedad intervenga de manera directa y efectiva.

Más participación, más democracia; y buena prueba de ello es la Ley de Participación Ciudadana, cuyo desarrollo nos permitirá consultar a nuestra gente sobre decisiones que marcan el presente y futuro de esta tierra.

Estamos cambiando las cosas con la Ley de Transparencia y Acceso a la Información Pública –ya remitida al Parlamento para su debate y aprobación- y el portal de transparencia –abierto a toda la ciudadanía a principios del pasado mes de julio-, que suponen un antes y un después también en el ámbito de las acciones públicas -un impulso sin precedentes a la visibilidad de toda la información que resulta de interés para el exacto conocimiento de la actividad y la estructura administrativas-. También con la infinidad de cauces que hemos abierto en estas dos últimas legislaturas para la comunicación directa con nuestra sociedad, aprovechando en todo lo posible las nuevas facilidades que ofrece Internet.

Estamos cambiando la forma de estar y hacer política, y estamos haciéndolo antes que otros muchos gobiernos u organizaciones; políticas palpables, reales, tangibles, ya en marcha o en avanzado estado de gestación.

Conceptos como ‘comunicación directa’, ‘participación’ o ‘transparencia’ son ya compromisos afianzados para nuestra Administración, no promesas de futuro. Personalmente, en esta convicción y en ese compromiso desde hace más de cuatro años mantengo mis cuentas en plataformas como Facebook, Twitter o Google Plus, y en ellas dialogo permanentemente con todas las personas que quieren conocerme más de cerca. El Presidente Responde se ha revelado igualmente como un servicio de primer orden para el diálogo entre los canarios y su representante al frente del Ejecutivo.

Por tanto, saludamos este paso dado por el nuevo Rey -que tarde o temprano deberá extenderse al resto de las instituciones del Estado-, en el convencimiento de que una democracia más participativa, directa y transparente será, sin duda, una democracia más fuerte. Más pueblo, más transparencia, más democracia.