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Conferencia en la Universidad Carlos III

Anoche tuve un acto muy emotivo e interesante en Madrid, un encuentro en la residencia Fernando de los Ríos con jóvenes canarios que estudian en la Universidad Carlos III y, como todos los encuentros que estoy manteniendo estos días con alumnos de diferentes grados de la enseñanza, fue también intenso y apasionante. Conocer de primera mano los intereses, dudas y planteamientos de la gente más joven es algo de lo que siempre se aprende mucho, además de constituir una oportunidad de oro para transmitir de forma directa también tus pensamientos y estrategias.

En ese sentido, mi mensaje fue que frente al desapego de la política, hay que ver en ella un instrumento necesario para cambiar las cosas a mejor, para ‘contar’. Especialmente en Canarias, con una realidad tan diferente, la política -la descentralización- ha sido una pieza esencial para acercar las decisiones y las soluciones.

Si hay algún territorio en España que requiere una voz propia, una fuerza propia, ése es Canarias. Es necesario que Canarias pese, que cuente. El hecho de que ni PSOE ni PP pesen en las Islas, como si ocurre en otras comunidades, hace que sea aún mayor la oportunidad de contar con esa voz propia -nacionalista-.

Hasta 1996 Canarias no era escuchada en la escena política del Estado. Ese hándicap cambió con la irrupción de CC. De entonces a esta parte Coalición ha demostrado sentido de Estado -a las duras y a las maduras- y, sin duda, una defensa permanente de la ‘agenda canaria’.

Hemos jugado nuestras bazas en las Cortes para que Canarias cuente, para que se atienda y dé respuesta a las legítimas reivindicaciones de las Islas. No siempre es fácil. Hemos sido muy criticados por, en según qué coyuntura política, apoyar a un Gobierno o a otro en el Congreso. Asumimos el desgaste que esos apoyos a veces acarrean si, como así ocurre, esa posición redunda en avances para Canarias. Si el Estado cumple con Canarias, CC cumple. Antes, ahora y en el futuro, ése será nuestro rumbo.

Cuando, como ocurre ahora, PSOE y PP son incapaces de concretar grandes acuerdos y consensos, es más necesario actuar con responsabilidad, ayudando -como así hemos hecho los nacionalistas- a serenar y dar estabilidad. Ahora lo que se necesitan no son adelantos electorales, sino ayudar a la estabilidad que hace falta para que las reformas estructurales avancen y cojan forma.

En Canarias, a diferencia de lo que ha ocurrido en la escena estatal, sí hemos apostado por el diálogo y los pactos, una apuesta que nos ha permitido avanzar hacia el final de la crisis a mayor velocidad.

Muchos son los retos en los que Canarias está inmersa, muchos los objetivos. Metas que miran claramente a la calidad, a poner el conocimiento y la innovación al servicio de una economía caracterizada por hacer las cosas bien, hacerlas de otra manera, hacerlas mejor.

Se ha crecido muy rápido. En los noventa ese crecimiento nos permitió importantes progresos, pero ahora debemos hacer las cosas de otra manera, con una economía limpia -apoyada en energías limpias que ayuden a mejorar el bienestar-.

Y mi impresión es que este mensaje de ver la política ‘de otra forma’, como una herramienta en vez de como algo ajeno, caló entre los presentes. En sus intervenciones y comentarios posteriores mostraron un esperanzador interés por la política, y mucho por la realidad canaria.