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Sancocho canario

Estos días he estado comentando en distintos foros la necesidad de diversificar nuestra oferta turística para que Canarias pueda competir y convertirse en destino líder no sólo en el modelo de sol y playa. Diversificación que, unida a la apuesta por la calidad, la excelencia, la rehabilitación, el respeto a nuestros valores naturales y culturales, y la profesionalidad, han de lograr que la recuperación que estamos experimentando no suponga algo coyuntural o de corto recorrido, sino que se afiance en el tiempo para que éste, que es el principal motor económico del Archipiélago, mantenga una pujanza estable, sostenida y sostenible.

En esa estrategia, es preciso contemplar otro de los aspectos que hasta el momento ha sido deficitario, restándonos valor en la oferta e incidiendo negativamente en la economía de las Islas: la promoción y el consumo de productos canarios en los establecimientos turísticos. Creo que es una apuesta básica que incidirá en la potenciación de un nuevo atractivo: el turismo gastronómico; a la vez que un enorme espaldarazo a nuestro sufrido sector primario: agricultura, ganadería, pesca, floricultura…

El argumento que se ha estado manteniendo durante años, que la gastronomía canaria es pobre y poco variada, no se sostiene. Cualquiera de nosotros que haya recorrido un poco su isla y haya visitado otras puede dar fe de la riqueza, la variedad y la imaginación de nuestros productos y nuestros platos: vinos, quesos, carnes, papas, pescados, mariscos, frutas, verduras… Por lo que más bien habría que hablar por un lado de desconocimiento y por otro falta de difusión y de promoción.

El Gobierno de Canarias ha trabajado duramente en estos últimos años para recuperar, apoyar y fomentar la actividad en el campo y en el mar, siempre al lado de nuestros tomateros, plataneros, ganaderos, pescadores, floricultores… con numerosas medidas que han contribuido a que hoy estemos en disposición de dar ese paso tan importante para nuestra economía, a dos bandas: enriquecimiento de la oferta turística y apoyo al sector primario. No es de recibo que el visitante que llega de tierras lejanas no pruebe nuestros productos y se vaya sin conocerlos, consumiento sólo perritos calientes, hamburguesas y vinos del exterior. Estoy convencido de que aquellos que tienen la suerte de probar nuestros productos y nuestros platos se convierten automáticamente en los mejores promotores de nuestra gastronomía en sus países de origen.

Por eso, hay que defender esta idea y hacerla realidad ahora que asistimos a la esperada recuperación. Y todos debemos remar en esa dirección de diversificación, calidad e identidad de Canarias como destino turístico líder en el planeta.

Fotografía: chomanuel.com