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Club La Provincia

Me ha parecido muy interesante la conferencia-entrevista que tuve anoche en el Club La Provincia, en Las Palmas de Gran Canaria, por el contenido y por el formato: una breve exposición inicial y luego preguntas de cuatro periodistas (Ángel Tristán Pimienta, Teresa Cárdenes, Ignacio Moll y Paco Moreno), para finalmente dar paso a las cuestiones de los asistentes.

Creo que hemos tocado aspectos muy interesantes, algunos de los cuales ya he tratado por aquí. Pero en esta ocasión me gustaría destacar el que centró mi introducción al debate: mi convicción de que la democracia y la descentralización han sido las dos armas más poderosas del Estado español para el desarrollo de su sociedad. Y que lo que ayudó a promover esos avances es lo que yo llamo la ‘tercera vía‘, es decir diálogo, consenso, acuerdo, entendimiento…

Sin embargo, PSOE y PP, los dos grandes partidos de ámbito estatal, no han sido capaces de desarrollar esa importante fórmula. No lo han hecho históricamente, siempre centrados más en las luchas por el poder que en trabajar juntos en las grandes cuestiones estratégicas. De tal modo que para buscar estabilidad allí donde no han tenido mayorías absolutas han tenido que echar mano de los nacionalismos que, a la postre, y aunque suene provocativo, son los que realmente le han dado estabilidad a España.

CiU y PNV en la mayor parte de los casos, pero también Coalición Canaria en no pocas ocasiones. Todos los gobiernos del Estado en los que han participado los partidos nacionalistas han sido estables, con la excepción de la línea de acuerdos que decidió formular Zapatero tras las elecciones de 2008 (a la que llamó teoría de la ‘geometría variable’).

Y estoy convencido de que en las próximas elecciones volverá a ocurrir exactamente lo mismo. No es fácil en España alcanzar la mayoría absoluta. Y en ese papel puede y tiene que estar Canarias.

Canarias precisa de una posición suficientemente representativa a través de sus parlamentarios nacionalistas, posición que se realza cuando en Canarias gobierna también una formación nacionalista. De esta doble condición han surgido las mejores cosas para las Islas: REF, el estatus RUP, hospitales, carreteras… Cosas que no existían antes de 1996. No es casual que los últimos 18 años conformen el período más importante de crecimiento y desarrollo.

Pero también creo que Canarias necesita partidos fuertes. No sólo nacionalistas, sino también estatalistas, pero con capacidad de influencia sobre sus órganos centrales. Y lamentablemente para los canarios esto no es así, los partidos estatalistas en Canarias son débiles frente a sus compañeros de la Península, son meras comparsas incapaces de defender con firmeza los intereses del Archipiélago.

Canarias necesita de un gobierno pivotado en el nacionalismo para los grandes retos que tiene por delante. Que combine diálogo y firmeza. Diálogo y entendimiento con el Estado, pero desde la firmeza en la defensa de los intereses de Canarias. Ni el PSOE ni el PP Canarios tienen esa fortaleza en sus partidos.

Canarias necesita tratamientos singulares por su propia singularidad. Y para eso resulta imprescindible la presencia influyente e independiente del nacionalismo en el Gobierno de Canarias y en el Parlamento español. Dispuestos a defender Canarias con todas nuestras fuerzas, pero también a asumir un papel responsable allí donde los dos grandes partidos estatales pongan en riego el interés general de los ciudadanos por anteponer sus intereses partidistas y sus luchas particulares a los grandes asuntos de Estado.