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Aerogenerador

Son mayoría, y son cada vez más, los canarios que creen y apuestan por las energías renovables. Estos años -especialmente durante los últimos meses- una más que significativa mayoría de los ciudadanos de nuestro Archipiélago ha dicho en reiteradas ocasiones, alto y claro, que quiere para Canarias un modelo energético inteligente, moderno, limpio.

En las siete islas ha quedado acreditada cuál es la posición de una aplastante mayoría social en relación al futuro energético del Archipiélago. Los canarios quieren –queremos- un modelo de desarrollo sostenible, respetuoso con el medio ambiente y generador de energías limpias.

Canarias cuenta con los recursos naturales y el potencial suficiente para convertirse en un modelo internacional en la explotación de fuentes energéticas renovables. El sol, el viento y el mar son nuestros mejores aliados. Siendo así, nuestro objetivo no debe ser la generación y explotación de una energía limpia con carácter complementario a la tradicional, sino que hemos de alcanzar un punto en el que aquella se convierta verdaderamente en una alternativa.

El Gobierno de Canarias ha dado pasos en los últimos años para clarificar ese escenario energético, buscando soluciones a los problemas para avanzar en la dirección anteriormente señalada. Sin ir más lejos, y entre otras muchas actuaciones, en las últimas semanas la Consejería de Empleo, Industria y Comercio ha conseguido desbloquear la instalación de los parques eólicos en Canarias, de manera que dentro de dos años, cuando se habiliten los 442 megavatios previstos, el Archipiélago pasará a generar el 20 por ciento de su energía mediante fuentes renovables -ahora mismo el porcentaje es del 6 por ciento-.

De acuerdo con nuestras estimaciones, en 2020 ese porcentaje alcanzará entre el 36 y el 40 por ciento del total, una vez se habiliten los bombeos en Gran Canaria, Tenerife y La Palma, además de las interconexiones entre Tenerife-La Gomera y Gran Canaria-Fuerteventura.

Abundando en esta línea de trabajo, utilizaremos la autorización administrativa para aprobar la instalación de los parques -en lugar del concurso, una vía que ha generado enormes problemas jurídicos y que ha impedido que en Canarias se hayan instalado molinos desde el año 96-.

Es el momento, pues, de intensificar todas las acciones en esa materia y aprovechar todas las posibilidades que se nos presenten para impulsar definitivamente las energías renovables.

También en el ámbito europeo estamos impulsando esta apuesta. Como es sabido, la última Comunicación de la Comisión Europea sobre las regiones ultraperiféricas incluye un eje relacionado con el cambio climático; Bruselas se compromete a estudiar acciones y financiación para fomentar las energías renovables y reducir la dependencia de las energía importada y de los combustibles fósiles en estos territorios.

En la última Conferencia de Presidentes, las RUP hicieron suya la propuesta del Gobierno de Canarias para incluir dos menciones a este respecto en la Declaración Final. En síntesis, hemos demandado a las autoridades europeas que avance en ese compromiso, de manera que se establezca una financiación específica para el impulso de las energías renovables y que, en consonancia con el objetivo general de reducir la dependencia de las energías fósiles, permita una “transición ecológica y energética que tenga en cuenta las características particulares de las RUP”.

Canarias quiere –necesita- crear la conciencia adecuada para poder avanzar en esta dirección, y por ello organizaremos a finales de marzo en el Archipiélago una cumbre sobre energías renovables. Esperamos la participación de representantes institucionales europeos y empresariales con el fin de hacer patente nuestra voluntad de progresar hacia un sistema energético basado en las energías renovables y generar iniciativas que nos ayuden a cumplir esos objetivos fijados por Bruselas. Objetivo que debe ser irrenunciable para la Comisión Europea y que constituye una magnífica oportunidad para Canarias.