Ninguna sociedad que se tenga por desarrollada, ningún pueblo que se considere a sí mismo garante de derechos básicos, puede eludir el compromiso de luchar para mejorar el mundo que hemos heredado.
Un compromiso que puede canalizarse de múltiples y diversas formas.
Desde la esfera pública o la privada.
A nivel individual o de manera colectiva.
Porque el mundo puede ser un espacio de mayor equilibrio, justicia y solidaridad, todos tenemos algo que decir, algo que hacer, algo que aportar. Ese compromiso ha de ser más firme, si cabe, cuando hablamos de personas que, por una u otra razón, ven dificultada su integración social o, simplemente, ven la vida con otros ojos.
Debemos seguir trabajando para consolidarnos como una sociedad participativa, comprometida.
Un pueblo en el que el acceso a la igualdad de oportunidades sea un objetivo alcanzado, y no una meta por la que luchar.
El reto no es fácil, lo sabemos. Y las condiciones actuales dificultan el camino.
Pero, a pesar de la coyuntura económica, que en el caso de las administraciones públicas está suponiendo un descenso significativo de los ingresos, hemos incrementado las dotaciones para el Sistema Canario de la Dependencia en casi un 98 %.
Ya en 2009, aumentamos la partida para dependencia en un 17,17 %, y ahora lo hacemos en un 97,64 %, por lo que en estos dos años de crisis hemos incrementado la partida presupuestaria de dependencia en más de 36 millones de euros, que irán destinados a consolidar el Sistema Canario de la Dependencia.
No nos vamos a quedar ahí.
Entre otros avances, hemos llegado a un principio de acuerdo con los Cabildos y las Corporaciones locales para establecer un protocolo que estructure todo el sistema, es decir, creación de recursos, concertación de plazas, acceso, ratios profesionales y, por supuesto, financiación.
Por tanto, a este presupuesto en materia de Dependencia hay que añadir la aportación de la Consejería de Sanidad y los Cabildos Insulares, esfuerzos y colaboración que nos permite estar en disposición de reorganizar un Sistema que priorice los recursos y los servicios de calidad a unas 15.000 personas dependientes.
En un año tan difícil como éste, se pondrán en marcha nuevas infraestructuras en todas las Islas para la atención a personas dependientes.
Entre ellas, la residencia de Echedo en El Hierro; la de Alajeró en La Gomera; el centro de Salud Mental en Lanzarote; la residencia de San Mateo en Gran Canaria; la de Puntallana en La Palma; el centro para personas con discapacidad psíquica de Fuerteventura o el centro sociosanitario del norte de Tenerife.
En esta línea de actuación, de compromiso, desde el Gobierno de Canarias trabajamos para mejorar de forma clara la calidad de vida de nuestra gente y, sobre todo, la de esas personas que, por diferentes causas, necesitan una especial protección.
Para ello, contamos con un Plan Sociosanitario de Atención a la Discapacidad, que ha sido modificado para vincularlo a la implantación gradual de la nueva ley de Dependencia.
Herramienta de planeamiento que formará parte del Sistema Canario de la Dependencia.
Un sistema, éste, basado en la puesta en marcha de una cartera de servicios de calidad, con el que las personas dependientes pueden acceder a recursos de calidad -en igualdad de condiciones, sea cual sea su lugar de residencia- a través de los Planes Sociosanitarios para personas mayores y personas con discapacidad.
En este sentido, en Canarias unas 30.000 personas están siendo atendidas ya por este Servicio Público; de ellas, 4.022 son beneficiarias de los servicios de prevención, 3.098 de los de teleasistencia, 11.282 de ayuda a domicilio y 10.405 cuentan con plazas en centros (8.052 de ellas residenciales y 2.353 en estancia diurna).
Como ven, es mucho lo que se está haciendo, avanzando.
Con el Gobierno al frente, pero con el concurso de todos.
Y es que este trabajo quedaría incompleto sin el concurso de organizaciones y fundaciones que complementan la labor de las administraciones públicas.
Organizaciones a las que todos canarios debemos estar agradecidos por su implicación en la protección e integración de las personas con discapacidad.
Porque, como decía al inicio de mi intervención, ninguna sociedad puede autodenominarse desarrollada si permite que una parte de sí misma quede postrada en el olvido.
En este sentido, agradezco a la Fundación Tutelar Canaria el esfuerzo que viene realizando en aras de la protección de las personas con discapacidad, y le reitero el compromiso de mi Gobierno para continuar la senda de colaboración que tenemos en marcha.
Las Palmas de Gran Canaria, Gran Canaria – 27 de enero de 2010