En primer lugar, quiero agradecer a la Cámara de Comercio de Las Palmas su invitación para inaugurar este 5º Encuentro de la Empresa Familiar.
Invitación que me brinda la oportunidad de dirigirme a ustedes en un momento ciertamente difícil.
Dificultades que estamos viviendo empresarios, autónomos, jóvenes, pensionistas, familias, ayuntamientos, cabildos y Gobierno.
Dificultades a las que todos estamos plantando cara con enorme preocupación, sin duda, pero también con coraje y responsabilidad. Unidos. Conscientes de que de esta crisis saldremos de la mano o no saldremos.
Desde el diálogo. Propiciando el consenso de todos los interlocutores sociales.
No son tiempos para mirar hacia otro lado o esconder la cabeza. Son tiempos para adoptar decisiones realistas e imaginativas.
El Gobierno que eludiendo esas decisiones piense que está ganando tiempo, se equivoca.
Cuando se comete el error de huir de decisiones necesarias, ganar tiempo es perderlo.
Lejos de esa actitud huidiza, en el Gobierno que presido llamamos a la crisis por su nombre desde el primer momento, de ahí que no sea casualidad que ya en septiembre de 2007 nos pusiéramos manos a la obra en la definición de medidas coyunturales y estructurales que nos permitan plantar cara a esta coyuntura económica y, lejos de conformarnos con esto, que nos ayuden a girar nuestro modelo económico hacia la nueva realidad que aflorará al final de la crisis internacional.
Tan cierto es que el viento nos sopla en contra como que, a lo largo de la Historia, los canarios hemos aprendido a convertir las debilidades en fortalezas.
Hemos aprendido a avanzar con el viento en contra.
A empujar todos en la misma dirección.
En este punto, permítanme una reflexión en alto.
Hace un par de semanas, durante el Congreso Nacional de la Empresa Familiar que se celebró en Zaragoza, el presidente del Instituto de la Empresa Familiar aseguraba que se había instalado la idea de que los empresarios son los culpables de la delicada situación económica actual, “cuando en realidad”, concluía, “son la solución”.
En esa dirección, creo que debemos trabajar en la idea de que todos somos la solución, avanzar en la convicción de que el adversario a batir es la crisis económica y no éste o aquel interlocutor social.
No debemos perder el tiempo en buscar culpables, sino en encontrar soluciones.
Y, créanme, el Gobierno de Canarias trabaja desde hace dos años en esa dirección, convencidos de que, desde la unidad, llamando a la cosas por su nombre y ofreciendo respuestas, saldremos de esta complicada coyuntura más fuertes, mejor posicionados.
Hemos puesto en marcha numerosas medidas para paliar los efectos de la crisis, tanto desde el punto de vista administrativo, fiscal, financiero o del empleo.
Siempre con la misma receta: la colaboración y el trabajo conjunto, porque sólo desde la unidad de acción es posible hacer frente a los desafíos que todos tenemos planteados.
Tantos desafíos como sea necesario encarar para mejorar nuestra productividad, nuestra competitividad.
Las empresas familiares desempeñan un papel fundamental para ello; no en vano, componen el grueso del tejido productivo canario.
Por eso, quiero expresarles hoy nuevamente el apoyo inequívoco de mi Gobierno a la labor que desarrollan a diario, y agradecerles el esfuerzo que siempre han realizado para el progreso de nuestra tierra, por el bienestar de nuestra gente.
Objetivos, de progreso y bienestar, que compartimos plenamente.
Objetivos que estarán al alcance nuestra mano si hacemos las cosas bien, si las hacemos mejor, si innovamos.
Ustedes son parte de la solución, como también lo son las administraciones, las entidades financieras o los trabajadores.
No podemos dar carpetazo a la crisis sin el concurso de todos los agentes económicos y sociales.
Y, hablando de carpetazo, qué menos que decir que tan cierto es que vamos a dejar atrás la crisis como que todavía nos queda un largo recorrido por delante.
Si malo es negar la realidad, aún peor es alimentar el espejismo de que en España la recuperación llegará antes de lo que realmente va a llegar.
El Gobierno que presido no ha disfrazado ni disfrazará las evidentes y ciertas dificultades que todos sin excepción estamos afrontando.
Hay que mirar a las dificultades de frente, a los ojos.
Hay que multiplicar esfuerzos para girar hacia un modelo verdaderamente sostenible, responsable, comprometido.
Ese es el camino que eligió mi Gobierno, el que ha seguido durante todos estos meses y el que le guiará en el futuro para hacer más fuerte, más diversa y más competitiva nuestra economía.
Ahí nos encontraremos siempre.
Las empresas familiares son, en primer lugar, empresas, pero también tienen problemas específicos, demandas diferenciadas.
Precisamente por eso, resultan tan necesarios encuentros como éste, donde no sólo se dé respuesta a las cuestiones que más les preocupan, sino que también puedan servir de acicate para la continuidad de la actividad económica.
Ustedes saben como nadie de esfuerzos, sacrificios y abnegación.
Valores que siempre han ido asociados a la empresa familiar y que debemos extender a toda la sociedad.
Mucho más en momentos como éste, en el que necesitamos una sociedad activa, dinámica, innovadora.
Ustedes, en ese sentido, son una avanzadilla. Y también la pieza clave para el mantenimiento el empleo en esta coyuntura tan desfavorable.
En ese sentido, en el Gobierno de Canarias encontrarán siempre un socio estratégico, un aliado.
Porque estamos para facilitarles las cosas, no para poner piedras en el camino.
No quiero terminar esta intervención sin volver a expresarles, en nombre de todos los canarios, el reconocimiento a su labor y la disposición del Gobierno que presido a colaborar en cuantas iniciativas, proyectos o programas puedan contribuir al mantenimiento y fortalecimiento de las empresas familiares del Archipiélago.
Las Palmas de Gran Canaria, 26 de noviembre de 2009