Discurso de fin de año 2012

Buenas noches desde Betancuria, en Fuerteventura.

Apenas quedan un par de horas para despedir 2012.

Horas en las que miles de canarios se reúnen movidos por la ilusión del año nuevo, por la esperanza y el deseo de vivir un año mejor que los anteriores.

Son momentos para buscar en la familia y en los amigos la fuerza que necesitamos.

Momentos en los que comparten sus sueños familias que están afrontando las dificultades con algo de tranquilidad.

Pero también familias golpeadas por el desempleo.

También familias que esperan por una ayuda social, que tienen dependientes a su cargo.

Familias que aún no ven los números azules en las cuentas de sus pequeños negocios. Familias a las que sobrevuela la amenaza del desahucio.

A todas ellas, y especialmente a las que están afrontando tantísimas dificultades, quiero hacerles llegar –de corazón- mi apoyo, solidaridad y compromiso.

Vamos a seguir poniendo de nuestra parte para, entre todos, generar más y mejores oportunidades.

A todos les traslado el aliento de la gente de bien que vive en este pedazo de tierra en mitad del Océano.

Gente que nunca ha dado la espalda al que sufre, que comparte su preocupación y que siempre está dispuesta a echar una mano.

Que sepan que estamos ahí, que nos tienen muy cerca.

Y que en estas horas tan especiales compartimos y nos sumamos a sus buenos deseos para el año entrante.

Las cosas no están siendo fáciles. Para nadie.

No lo son para el desempleado, a quien ningún discurso va a aliviar su pena.

Ni para el empresario, muchas veces obligado a despedir a sus empleados muy a su pesar.

Ni para los trabajadores, que están llevando a cabo importantes sacrificios.

Tampoco para quienes están al frente de nuestros ayuntamientos, cabildos o Gobierno.

Créanme que resulta muy duro gestionar recursos tan escasos, que ni política ni personalmente es fácil tomar decisiones que tantas veces provocan situaciones individuales y familiares traumáticas.

Es difícil, pero no podemos mirar para otro lado.

Son años muy exigentes que nos ha tocado vivir y con los que debemos pelear sin desmayo para defender la sociedad en la que creemos.

Una sociedad con más empleo y menos pobreza. Con más derechos y menos desigualdades.

Vamos a seguir plantando cara a la crisis.

Y vamos a continuar haciéndolo con responsabilidad.

Con rigor. Con honestidad.

Con esfuerzo. Con compromiso.

Quisiera dejarme llevar por los buenos deseos, propios de estas fechas, y anunciar que en 2013 se acabarán los problemas y los sacrificios.

Pero, lamentablemente, no será así.

Sí digo, en cambio, que Canarias lleva ya dos años dando señales de mejoría y que, aunque queda un largo camino por andar, 2013 será mejor que 2012.

Más lento de lo que quisiéramos, pero avanzamos hacia un tiempo mejor.

No puedo dar una respuesta individual a cada uno de los canarios afectados por la crisis, pero sí les prometo que seguiré trabajando de sol a sol para que esta situación económica no acabe con la justicia social y la cohesión territorial que tantos esfuerzos nos ha costado construir.

Les garantizo que somos muchos los que vamos a defender con uñas y dientes un sistema de servicios públicos esenciales, que garantiza la igualdad de oportunidades a los canarios de todas las islas.

Todo es mejorable, es cierto. Pero tenemos una buena una sanidad pública. Y un buen sistema educativo.

Y tenemos políticas de protección social que nos permiten seguir combatiendo la marginalidad.

Hay que defender y creer en lo público, en los servicios que reciben los que menos tienen.

Por eso seguiremos dejándonos la piel. Para que ningún canario se vea privado de ser atendido por un buen médico o educado por un buen profesor.

A muchas generaciones de canarios esta situación no nos coge de nuevas.

Conocimos la escasez. Vivimos, décadas atrás, una Canarias más desigual, más injusta.

Vimos cómo muchos de nuestros padres o hermanos cogían las maletas para embarcarse.

Embarcarse era empezar otra vida, muy lejos de las Islas. Separados de sus seres queridos, añorando la tierra que los vio nacer sin siquiera haber partido. Las circunstancias mandaban.

No es la primera vez, por tanto, que nos enfrentamos a situaciones difíciles que han puesto a prueba nuestra fortaleza y determinación.

Hemos superado momentos graves con gran coraje. El miedo nunca nos paralizó.

Al contrario, salimos adelante y entre todos hicimos realidad una Canarias moderna, próspera y, cosas de la vida, tierra de oportunidades para inmigrantes.

Hoy, volvemos a librar una dura batalla contra poderosos intereses. Hoy luchamos por mantener lo que somos. Por ser lo que queremos y nos merecemos ser.

Por una Canarias saludable, habitable, sostenible.

Por una Canarias de aguas limpias, a salvo de las mareas negras que arrastran consigo quienes dan la espalda al interés de los canarios y de sus instituciones.

No vamos a permitir que contaminen nuestro mar, nuestras playas y nuestro aire. No vamos a permitir que contaminen nuestro futuro.

El Archipiélago salió de la pobreza en el siglo pasado gracias al impulso del turismo.

Y, pese a quien le pese, seguiremos siendo una potencia turística mundial haciendo compatible esa industria con el mantenimiento y la protección de nuestras riquezas naturales, de nuestros paisajes y nuestra biodiversidad.

Los canarios hemos hecho una enorme apuesta por el medio ambiente, las renovables y la sostenibilidad.

Por girar nuestro modelo de desarrollo y seguir creciendo sin agotar el entorno.

Así lo hemos manifestado –los majoreros y conejeros en masa, pero también canarios de todas las Islas- y así lo defenderemos ante quienes pretenden imponernos otro rumbo.

Ese es mi compromiso y el compromiso de todo el Gobierno.

Trabajar sin descanso, con todos los medios que contemos por pocos que éstos sean, para defender los derechos de los canarios.

Defender tantos derechos como hemos ido conquistando a lo largo del tiempo con el esfuerzo de todos.

Defender el acceso a la cultura. El derecho a desplazarnos sin que nos cueste infinitamente más que a otro ciudadano del Estado.

El derecho, reconocido en la Constitución y en nuestro Estatuto de Autonomía, a que vivir en una isla no nos convierta en ciudadanos de segunda.

El derecho, en fin, a la igualdad de oportunidades y a no ser menos que cualquiera que haya nacido en territorio continental.

El que comienza no será un año fácil.

Pero no nos rendiremos. No me rendiré.

Unidos hemos superado ya muchos obstáculos en el pasado.

Unidos, sin dejar a nadie atrás, superaremos también las dificultades del presente.

Nos faltan medios, pero nos sobran fuerzas.

 

Betancuria, Fuerteventura, 12 de diciembre de 2012

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