En primer lugar, quiero agradecerles que hayan elegido Canarias para acoger un acontecimiento de la relevancia, el prestigio y la dimensión del Campus Euroamericano de Cooperación Cultural.
Como alguien lo definió, un espacio donde al privilegio de pensar se une la responsabilidad de actuar.
Un ámbito para la reflexión, el análisis y la puesta en valor de la cultura como vínculo de cooperación entre América, Africa y Europa.
Siendo así, celebramos la oportunidad de haber elegido como sede esta ciudad, que aspira –aspiramos- a convertirse en Capital Europea de la Cultura en 2016.
Una cita en la que por vez primera se ha contado con la incorporación de agentes culturales africanos. Una circunstancia que, me lo van a permitir, merece ser destacada –y aplaudida-.
Una novedad, ésta, que desde el Gobierno de Canarias consideramos una aportación necesaria e imprescindible para enriquecer este espacio de encuentro y convivencia cultural entre continentes.
Como saben, siendo el territorio europeo más próximo al Africa subsahariana los canarios asumimos hace años el compromiso de cooperar y ayudar al impulso su desarrollo económico, social y cultural.
Lo hemos hecho trabajando en la creación de espacios de colaboración comunes. En muy diversos campos. No sólo en el de las relaciones culturales. Hemos ido por delante en el fomento de los intercambios comerciales.
Hemos extendido la cooperación a la formación profesional, a la sanidad o a retos tecnológicos como la desalación y depuración de aguas.
Ámbitos de colaboración múltiples que no se circunscriben a la ayuda al desarrollo. Por una razón esencial. (Que los participantes en este Campus sin duda entenderán y compartirán)
Y es que estamos convencidos de que únicamente desde el respeto y la confianza mutua, desde el conocimiento y el intercambio de experiencias en todos los órdenes (cultural, educativo, formativo, social, científico, turístico, comercial o empresarial) contribuiremos a afianzar los puentes entre los pueblos.
Puentes que entre todos estamos construyendo. Puentes que se sostienen también con encuentros como el que hoy termina. Que refuerzan el sentimiento –y el convencimiento- de que el desarrollo de los pueblos no es un asunto exclusivo de los Estados. Como tampoco de las administraciones. Esos puentes son un asunto –un reto- de todos. Sin excepción.
Podemos y debemos contribuir a extender y democratizar los instrumentos para que todos los pueblos puedan alcanzar cotas de bienestar similares al de los países más desarrollados.
Y si hay una herramienta que ayude a desarrollar las conciencias y la capacidad crítica, si hay un elemento que permite a mujeres y hombres superar los obstáculos y las barreras, sin duda estamos hablando de la cultura, de la educación, de la formación.
El Campus Euroamericano de Cooperación Cultural nació hace ya una década precisamente como una experiencia de trabajo y convivencia entre los pueblos para impulsar el intercambio cultural.
Como una aportación del campo de la cultura a la cooperación y el entendimiento. Como un espacio que acercara continentes y creara espacios de interacción desde el respeto a la identidad local.
En esta edición, precisamente, el Campus ha contemplado un programa enfocado a cultura desde el punto de vista de la cooperación y el desarrollo local.
Un enfoque especialmente pertinente en las difíciles circunstancias económicas que estamos atravesando; una coyuntura que nos obliga a redoblar esfuerzos para acercar y hacer partícipe a la ciudadanía de las acciones que en materia cultural se implementen desde los distintos niveles de la administración.
Para facilitar ese acercamiento nació también el Plan Canario de Cultura, en el que se recogen múltiples aportaciones institucionales y profesionales, así como de los colectivos y asociaciones del sector.
De hecho, es la primera vez en Canarias en la que el mundo de la cultura en su conjunto –instituciones públicas, sector privado, y empresas sin ánimo de lucro- abordamos de forma conjunta una hoja de ruta por la que transitar en los próximos años en materia cultural en el Archipiélago.
Un documento que, como el espíritu y la filosofía que impregnan las sucesivas ediciones del Campus Euroamericano de Cooperación Cultural, fomenta la codecisión, la transversalidad, la corresponsabilidad, la pluralidad y la participación.
Avanzamos en esa dirección desde la construcción conjunta y participativa de las estrategias culturales.
Desde el convencimiento de que el desarrollo de la cultura contribuye al desarrollo social.
Les garantizo que seguiremos impulsando espacios de encuentro –como este Campus, y como esta ciudad- en donde “al privilegio de pensar se unan la responsabilidad de actuar.
Las Palmas de Gran Canaria, Gran Canaria – 3 de diciembre de 2010