Clausura del VI Encuentro de Jóvenes Investigadores Canarios del Cáncer

En primer lugar, quiero agradecerles la invitación para clausurar este Sexto Encuentro de Jóvenes Investigadores Canarios del Cáncer.

Y es que, sin lugar a dudas, foros de estas características contribuyen en gran medida a profundizar en el conocimiento de esta enfermedad; temida, es cierto, pero contra la que, afortunadamente, se puede luchar.

Ahora sí, podemos decir que en la lucha contra el cáncer ya hay razones para el optimismo, para la confianza.

Años de investigación, campañas de prevención, el estudio de nuevos fármacos y tratamientos y, sobre todo, el esfuerzo de profesionales de distintos campos de la medicina, la biología, la química o la farmacia, han hecho posible ese giro hacia la esperanza, hacia el camino de la curación.

En esa misma dirección, y en el objetivo compartido de dar respuesta a las preguntas que la enfermedad nos plantea, el esfuerzo conjunto realizado tanto desde la esfera pública como desde la comunidad médica y científica está logrando que hoy la gran mayoría de la sociedad sea consciente, no sólo de la relación entre hábitos de vida y enfermedad, sino de la necesidad de realizar controles rutinarios y chequeos periódicos que detecten de forma prematura cualquier dolencia.

En este sentido, creo que es fundamental resaltar los programas de detección precoz de cáncer que se realizan en el Archipiélago.

Entre ellos, el Programa de Diagnóstico Precoz de Cáncer de Mama, dirigido a mujeres entre 50 y 69 años, que cubre en la actualidad al cien por cien de la población diana.

O, entre otros, el programa de detección precoz del cáncer colorrectal, entre otros.

Siempre queda camino por recorrer.

Hay batallas, y ésta lo es, en las que todos los esfuerzos siempre parecen escasos.

Pero avanzamos. Con la entrega y el compromiso de todos, damos pasos al frente.

No son tiempos fáciles. Las dificultades son muchas. Pero el empeño en ir mejorando las cosas es aún mayor.

Por eso no dejamos de dar pasos al frente.

Y un paso al frente es, por poner ejemplo, invertir, como se invirtieron el año pasado, más de tres millones y medio de euros para la adquisición del primer lote de 34.277 dosis de la vacuna contra el Virus del Papiloma Humano (VPH) –causante del cáncer de cuello de útero- para niñas que cumplieron 14 años en 2008.

Una iniciativa que nos sitúa como una de las primeras Comunidades Autónomas en incluirla en su calendario vacunal.

El esfuerzo que se está haciendo es, sin duda, muy grande.

De hecho, a pesar del sobradamente conocido déficit de financiación sanitaria por parte del Estado, Canarias es una de las tres comunidades autónomas que mayor esfuerzo presupuestario realiza para mejorar su Sanidad.

Un esfuerzo, que lo es del conjunto de la sociedad, que poco a poco comienza a dar sus frutos.

No en vano, Canarias hoy es referente en aspectos tan diversos como la atención a enfermos terminales, la satisfacción del paciente con respecto a los centros hospitalarios de la red pública, la prevención y control de la enfermedad cardiovascular o los programas de detección precoz del cáncer de mama o colorrectal de los que les hablé.

Todo es mejorable, claro que sí. No nos conformamos, claro que no. Hay que seguir trabajando. Mucho. Pero es indudable que la fotografía de la sanidad canaria de 2009 poco o nada tiene que ver con la de hace apenas quince o veinte años.

Como saben, los datos disponibles en Canarias reflejan una tasa bruta de la incidencia del cáncer de 387 casos en hombres por cada cien mil, y 278 casos en mujeres por cada cien mil.

Con esas estadísticas sobre la mesa, no debemos perder de vista que detrás de esas cifras, de esos porcentajes, están las historias personales de muchos hombres y mujeres que están librando su particular batalla contra la enfermedad, que luchan cada día por superarla.

A ellos debemos nuestros esfuerzos. Con ellos es nuestro compromiso.

La lucha contra el cáncer es una lucha donde se funde la esfera de lo individual y lo colectivo; una experiencia vital en la que el ser humano, y la sociedad, ponen a prueba su esperanza, su coraje y su fortaleza.

Afortunadamente, cada vez más personas pueden hablar del cáncer como algo pasado; y esto es así porque van aumentando las curaciones completas y los enfermos que pueden convivir con la enfermedad sin mermar su calidad de vida.

Esa esperanza, patrimonio de cada uno de los enfermos que ha decidido luchar y combatir un diagnóstico adverso, es también el resultado del esfuerzo de todos:

De médicos. De asociaciones. De investigadores y de profesionales de la salud.

De las administraciones públicas.

Espero que, en un futuro cercano, ese esfuerzo alcance el objetivo final y podamos llegar a afirmar que, entre todos, hemos ganado la batalla al cáncer.

Las Palmas de Gran Canaria, Gran Canaria – 12 de diciembre de 2009

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