Canarias se hace sumando. Cuando unimos nuestras fuerzas, ganamos. Cuando arrimamos el hombro, avanzamos.

Lo que es bueno para una Isla, es bueno para toda Canarias. Por eso, hoy todos, sin excepción, estamos de enhorabuena.

Porque si la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria está de enhorabuena, toda Canarias lo está. Felicidades.

Felicidades a la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria.

A sus docentes e investigadores. A su personal de administración y servicios. A sus alumnos.

Felicidades a la sociedad grancanaria y a sus instituciones.

Felicidades a los canarios de todas las Islas, que sienten como suyo este centro superior de enseñanza. No es para menos.

Celebramos un logro que hoy, veinticinco años después, enorgullece a todos los que sentimos y queremos a Canarias.

Es, esta Universidad, una baza fundamental (una herramienta imprescindible) en el objetivo de construir entre todos una sociedad más justa.

Una Canarias más capaz, mejor preparada.

Una sociedad que tenga en la educación y en la formación un motor que nos acerque a la igualdad de oportunidades, a la justicia social.

La Universidad de Las Palmas de Gran Canaria nació como un sueño. Fue, veinticinco años atrás, un anhelo colectivo que tuvo en los valores que acabo de aludir (entre otros) su inspiración y la razón de ser de aquella demanda compartida.

Aquel amplísimo respaldo social se ha concretado, paso a paso, día a día, en una realidad de enorme recorrido.

La Universidad que hoy celebramos ha llegado hasta aquí, y tiene ante sí un enorme potencial de futuro, gracias al esfuerzo, el compromiso y la dedicación de muchísima gente.

De ahí que hoy tengamos una oportunidad inaplazable para felicitarnos y, sin lugar a dudas, para agradecer a tanta gente por tantas cosas.

A quienes trabajaron por su creación, y a quienes en la actualidad integran la comunidad universitaria, les debemos un más que merecido reconocimiento público.

Profesionalidad, dedicación y constancia. Valores necesarios en cualquier aspecto de la vida.

Ahora bien, resultan más necesarios si cabe en un centro cuya misión fundamental es la formación del capital humano.

Canarias necesita a la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria. Necesita de su vitalidad.De su pujanza, de su dinamismo.

Entre otras razones, porque en buena medida el futuro de este pueblo está abrazado al presente y futuro de nuestras universidades.

No corren tiempos fáciles.

Hemos afrontado durante los últimos años una crisis económica y presupuestaria sin precedentes en la todavía breve historia de nuestra comunidad autónoma.

Pero es ahora, precisamente ahora, cuando con mayor convicción, compromiso y esfuerzo debemos apostar por nuestras universidades.

Por ponérselo cada vez más fácil a quienes aspiran a recibir la educación y la formación que necesitan y merecen.

La formación es el mejor camino para el progreso, la igualdad y el bienestar. Desde esa perspectiva, la coincidencia el Gobierno y las universidades es total.

Compartimos objetivos, y necesariamente debemos trabajar codo con codo para alcanzar esa meta común.

Cuentan con la más leal y firme colaboración del Gobierno que presido para que esa relación sea lo más fructífera posible.

Para que la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria siga siendo una fábrica de talento y un ejemplo de excelencia.

El camino para llegar hasta aquí no ha sido fácil. Los grandes proyectos requieren de un tiempo de maduración.

Pero estoy convencido de que Canarias sería hoy menos capaz, y menos justa, si hace veinticinco años no se hubiera puesto en marcha la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria.

Sigamos sumando. Sigamos construyendo Canarias entre todos.

Sigamos avanzando desde la unidad, porque es la unidad el único camino posible.

Muchas felicidades de nuevo, y muchas gracias.

Martes, 6 de mayo; Paraninfo de la Universidad LPGC