El pasado domingo hice referencia, en este mismo espacio, al buen trabajo llevado a cabo por Nueva Canarias en su negociación con el Gobierno de Rajoy. El balance ha sido doblemente satisfactorio. De una parte, porque se han logrado notables mejoras en el tratamiento de algunos asuntos de la denominada agenda canaria. De otra, porque el voto de NC ha permitido la aprobación de los Presupuestos Generales del Estado del 2017.
Ni España ni las Islas podían permitirse afrontar los próximos meses sin presupuestos. No habiendo alternativas, el mejor escenario posible -el más responsable- era aprovechar la coyuntura para obtener más recursos para nuestro Archipiélago y despejar la amenaza de un posible bloqueo. Es justo reconocer igualmente el papeque en esta doble dirección ha jugado Coalición Canaria consiguiendo, entre otros logros, que se recupere parte de lo que la mayoría absoluta del PP, injusta y sectariamente, había negado y arrebatado a Canarias.
Experiencias pasadas nos han enseñado que no es suficiente con que en los Presupuestos del Estado se contemplen determinadas partidas que dén soporte a los compromisos adquiridos. Además de contar con esas partidas presupuestarias es imprescindible que se materialice el gasto. El actual ministro de Hacienda y sus predecesores son muy dados a plasmar los acuerdos políticos en el Presupuesto demostrando luego escasa diligencia a la hora de facilitar que el gasto se ejecute. Facilitar el cumplimiento de los objetivos del déficit público, sobre todo cuando se va a gestionar un presupuesto para apenas cinco meses, constituye una prioridad para los ministros y una amenaza para el cumplimiento efectivo de lo pactado.
En la exigencia al Gobierno de Rajoy para que cumpla los compromisos contraídos en los Prepuestos Generales del Estado deben de estar el Gobierno de Canarias y nuestros representantes en las Cortes Generales; especialmente en el Congreso de los Diputados, dada la actual composición del mismo. En esa dirección, el protagonismo y la responsabilidad de velar por el cumplimiento de dichos compromisos con las Islas corresponde principalmente a CC y a NC.
Especialmente relevante va a ser el papel de Nueva Canarias. La situación política en la que ha quedado el Gobierno de Canarias después de la ruptura del pacto con el PSOE apunta en este sentido. Hasta al víspera de la pasada Nochebuena, con la expulsión de los socialistas del Gobierno de Canarias, Coalición Canaria gozaba de una buena posición estratégica para facilitar mayorías en el Congreso de los Diputados, y además sin tener que pagar ningún peaje al PP en Canarias. Dada la actual composición del Congreo de los Diputados su posición era inmejorable: gobierno en Canarias con el PSOE y pieza imprescindible para el PP en Madrid. Es decir, tenía plena libertad para fijar la posición en el Congreso, sin hipotecas.
Desde el pasado 23 de diciembre -fecha del cese de los consejeros socialistas- los márgenes para CC en Madrid han quedado muy reducidos. Ahora la dependencia del Gobierno de Canarias del PP ha debilitado su capacidad de movimientos en Madrid. Y esto es así, desde mi punto de vista, con independencia de que los populares se incorporen o no al Gobierno de Canarias.
Si el PP se incorpora al Ejecutivo canario CC tendrá que modular su posición en Madrid. Los márgenes para exigir al Gobierno de Rajoy que cumpla sus compromisos serán más bien escasos. La reducción de la capacidad de influencia de CC en Madrid también se produciría con el PP fuera del Gobierno de Canarias. Un Ejecutivo autonómico en minoría necesitaría el apoyo del PP en mayor medida que Rajoy a la representante de CC en el Congreso.
Quien tiene las manos absolutamente libres para exigir que Rajoy cumpla los compromisos contraídos en los Presupuestos Generales del Estado con Canarias -los cerrados con Nueva Canarias y también los contraídos con Coalición Canaria- es Pedro Quevedo. Nueva Canarias no tiene ninguna hipoteca con el PP en Canarias. Por lo tanto, puede alzar la voz en defensa de los intereses de nuestra tierra sin temor a tener que pagarle factura alguna a los populares. De ahí la relevancia en la que las matemáticas parlamentarias han colocado al diputado que representa el nacionalismo de izquierdas en el Parlamento español y también la responsabilidad que las circunstancias le han hecho contraer con todos los canarios.