Inauguración del aerogenerador marino de Gamesa

Canarias afronta en esta década un proceso apasionante. Los canarios nos encontramos a las puertas de una transformación fundamental de los modelos económicos y productivos que han imperado en las Islas a lo largo de nuestra historia.

A pesar de la crisis, Canarias está trazando un rumbo que (teniendo como principales objetivos la recuperación económica y el empleo) basa su estrategia en tres pilares básicos: la inteligencia, la sostenibilidad y la integración.

Inteligencia, en una apuesta que debe tener a la investigación, la innovación, Internet y las nuevas tecnologías, la educación y la formación orientada al mercado laboral como principales herramientas.

Sostenibilidad, en un proyecto claro de protección de nuestros recursos en el marco de un desarrollo armónico marcado por la expansión de las energías renovables, la baja emisión de carbono, la eficiencia energética o la modernización y optimización del transporte (junto al establecimiento de una base industrial sólida y competitiva).

E integración, en el empeño de garantizar la cohesión social y territorial, y el empleo. Es decir, en el compromiso de trabajar por una sociedad más próspera, justa y solidaria.

Es lo que hemos venido a llamar ‘Canarias 2020’, o ‘Estrategia Canarias 2020’.

En otras palabras, un programa realista, renovador y comprometido que marcará nuestra hoja de ruta de aquí al final de la década.

Un programa que se cimenta igualmente en la diversificación y la internacionalización, con el turismo como motor impulsor y catalizador de todas esas nuevas propuestas.

No estamos solos.

De hecho, este proyecto en el que el Gobierno de Canarias lleva trabajando los últimos años entronca directamente con la Estrategia Europa 2020 (en la que las regiones ultraperiféricas de la UE juegan un papel esencial y singularizado dentro de los planes de acción comunitarios).

De hecho, esta hoja de ruta en la que trabaja el Gobierno de Canarias ha sido ya, no sólo elogiada y respaldada por las autoridades europeas, sino propuesta por los propios comisarios de la UE como ejemplo de planificación estratégica y recuperación económica para el resto de los territorios que forman parte de la Unión.

La UE apuesta, al igual que Canarias, por un crecimiento inteligente, sostenible e integrador, y así lo ha plasmado tanto en la citada Estrategia 2020 (y en la exigencia a todas las regiones para que elaboren una Estrategia de Desarrollo Inteligente).

No es una opción.

La UE se ha trazado un sendero que, más tarde o más temprano, todos los estados miembros y todas las regiones habrán de recorrer.

Sólo que Canarias, que ya supo prever el inicio de la crisis mucho antes que el resto de las regiones, también ha sido capaz de vislumbrar una salida, un proyecto, que marcará el destino de prácticamente todos los pueblos del planeta en los próximos años.

No es una cuestión de clarividencia, sino producto de las peculiares circunstancias que se dan en estas islas.

Especialmente sensibles, dada su naturaleza dependiente y su posición geoestratégica entre continentes, a los cambios que se producen en las tendencias económicas.

Soportamos las crisis primero que nadie, pero también salimos de ellas antes.

Y, como en este caso, con proyectos enriquecidos y renovados que enlazan directamente con las sensibilidades y objetivos que los expertos internacionales prevén para el futuro.

Todo esto, a pesar de las dificultades a las que nos enfrentamos.

Dificultades derivadas de nuestra condición de territorio alejado y fragmentado, sí.

Pero no pocas veces también de la incomprensión de esta realidad por parte de aquellos estamentos que, fuera de las Islas, deberían garantizar que los canarios (como miembros de derecho del Estado al que pertenecemos y de la UE) tengamos exactamente las mismas oportunidades que el resto de los ciudadanos.

Si bien es cierto que, paradójicamente, estamos encontrando en Europa una mayor sensibilidad, una mayor predisposición a atender y resolver los problemas de los canarios.

***

Quisiera aprovechar la inauguración oficial de esta importante obra (de este ‘coloso’ de las energías renovables que hoy nos reúne) para recalcar una de las ideas anteriormente esbozadas: la apuesta de Canarias por la sostenibilidad.

Una apuesta firme y decidida sobre la que gravita todo el universo de acciones encaminadas a la recuperación, desarrollo y consolidación de nuestra economía.

Una apuesta que parte de un hecho objetivo e incuestionable: la mayor fortaleza de este archipiélago es su propia condición natural.

Condición natural por ese enclave atlántico que nos permite situarnos como puente entre continentes y convertirnos en eje para las relaciones culturales, humanitarias y económicas entre tres orillas.

Condición natural por la rica biodiversidad de nuestro territorio

Reclamo no sólo desde el punto de vista turístico, sino también, cada vez más, como referencia internacional para investigadores y proyectos de carácter científico.

Condición natural de nuestro cielo y nuestro mar que nos han catapultado a la primera línea en aspectos como la observación espacial y métodos de aprovechamiento como la desalación, la acuicultura o las algas marinas.

Condición natural por ese clima, único en el mundo, que nos ha convertido en líderes mundial de turismo.

Y, evidentemente, condición natural por las envidiables condiciones que ofrece nuestro archipiélago para el desarrollo e implantación de las energías renovables en toda su gama, sol, viento o mar

Canarias apuesta decididamente por las energías limpias.

A escala industrial, pero también en el ámbito del autoconsumo.

Canarias trabaja para convertirse en laboratorio mundial de experiencias en el campo de las renovables.

Ya lo estamos haciendo en El Hierro, Isla que queremos transformar en la primera isla autoabastecida al cien por cien por energías limpias.

Y queremos extenderlo a todo el Archipiélago.

Una gran plataforma para nuevos diseños de los que se beneficiará, desde luego, Canarias, pero también el resto del mundo.

Queremos incrementar la penetración de las renovables en las redes insulares, pasando del 6% actual a no menos del 30% en 2020.

Apostamos por el vehículo eléctrico, la energía procedente de la biomasa, por el aprovechamiento de la energía solar, la eólica en tierra, de las energías marinas y, por supuesto, por la eólica offshore o marina.

Apostamos por el ahorro y la eficiencia energética, por la creación de empresas de servicios energéticos.

Por la auditoría energética en el sector privado y en el público, por el apoyo a proyectos de I+D+i relacionados con las renovables.

Por el fomento de centrales hidroeléctricas allí donde sea posible, por proyectos de almacenamiento de energía.

Apostamos, en definitiva, por un nuevo escenario en el que se combinen armónicamente desarrollo y preservación de nuestros valores naturales.

Por el aprovechamiento sostenible e inteligente de éstos.

Por no consumir más suelo.

Los combustibles fósiles son el pasado. Canarias apuesta por el futuro.

Un futuro que requiere de una apuesta decidida por parte de las administraciones estatal y comunitaria.

Se han hecho algunos avances, pero no tenemos tiempo que perder.

El reciente acuerdo para resolver el problema de las primas a las renovables resulta positivo, pero es preciso continuar con el despliegue.

Necesitamos crecer en el terreno de las fotovoltaicas.

Y en este asunto no caben medias tintas. El compromiso ha de ser sólido y la actuación, decidida.

Necesitamos que se desbloqueen proyectos como el de las subestaciones que permiten la evacuación de la energía generada en los parques eólicos con potencia asignada, los informes de AENA para los parques del Sureste de Gran Canaria o que se revise el real decreto sobre energías renovables en el mar (porque limita el desarrollo de este sector en nuestras aguas).

No queremos palabras. Queremos hechos.

El futuro de Canarias tiene en toda esta estrategia uno de sus pilares fundamentales.

Y por eso, porque ya es un hecho palpable, quiero valorar en lo que se merece la puesta en marcha de este aerogenerador marino, el primero de toda España, que inauguramos oficialmente hoy aquí.

El Gobierno de Canarias ha hecho un gran esfuerzo para que esto sea posible. Otras administraciones, también.

Hay que felicitar a Gamesa por un proyecto que tiene mucho de implicación con nuestra tierra y nuestra sociedad.

Adentrándose en el ámbito de la energía eólica offshore, en un compromiso que (desde el pasado mes de julio) se traduce ya en el abastecimiento de 7.500 hogares canarios al año.

Es un claro ejemplo de lo que Canarias demanda, de lo que los canarios necesitan y merecen.

Por eso, y por lo que tiene de apuesta y compromiso, reitero mis felicitaciones a Gamesa y a todos los que han hecho posible esta realidad.

Sin más, declaro inaugurado oficialmente este primer aerogenerador marino de España.

Muchas gracias

Las Palmas de Gran Canarias, 21 de octubre de 2013

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