Con la celebración esta semana del último pleno en el Congreso de los Diputados, la
política ha entrado en modo vacaciones de verano. Sólo algún hecho excepcional
rompería la tregua que suelen darse los partidos darse durante el mes de agosto.
Si a la citada circunstancia añadimos la casi nula actividad de la Justicia en este
mismo periodo, cabe concluir que la crispación política que nos acompaña desde el
comienzo de la legislatura acabe dándose un respiro.
No obstante, en un mes donde escasea la información oficial, como consecuencia de
la escasa actividad institucional, de partidos y del estamento judicial, no faltarán
noticias, rumores y filtraciones en relación con los casos Koldo y Montoro, junto a las
consecuencias que puedan tener en las futuras elecciones generales.
Mientras el futuro de la legislatura en Madrid está en manos de la Guardia Civil y de
los partidos que apoyan al Gobierno liderado por Pedro Sánchez, en el ámbito local
todos se preparan para iniciar en septiembre la cuenta atrás ante la cita electoral de
mayo de 2027.
Los datos manejados en Canarias por los diferentes partidos presentan una foto fija,
en la que las tres grandes fuerzas dominantes de la política isleña aparecen en
posiciones similares a las de 2023.
Sin duda, la novedad es el crecimiento espectacular de Vox, a tenor de lo que
vaticinan los sondeos. Sin estructura de partido en las Islas y sin líderes reconocibles,
los de Santiago Abascal se están aproximando al 15% de las expectativas de voto. Y
esto quiere decir que podrían estar por encima de los ocho diputados.
Todo apunta a que el partido de ultraderecha puede hallar un buen caladero de apoyos
entre los jóvenes menores de treinta años. Sus limitadas perspectivas de futuro, la
escasez y carestía de la vivienda y, sobre todo, la nula ejemplaridad ofrecida por
socialistas y populares contribuye a la radicalización política de la juventud.
A menos de dos años para decidir en las urnas el futuro político del Archipiélago, es
imprevisible que el espacio de centro derecha, incluso contando con Vox y los
independientes de La Gomera y El Hierro, termine alcanzando, con el Partido Popular
o con Coalición Canaria, la mayoría de 36 escaños.
Del mismo modo, también parece improbable que, en el espacio de centro izquierda,
el PSOE alcance esa mayoría de 36 actas con los socios que en 2023 hicieron posible
el ‘Pacto de las flores’ y algún otro independiente que pudiera aparecer.
En definitiva, el próximo Gobierno de las Islas surgirá de los acuerdos a los que
puedan llegar dos de las tres fuerzas mayoritarias en el Archipiélago: PSOE, CC y PP.
De ahí que tampoco parezca difícil predecir que todo apunte a una repetición del
actual acuerdo de gobierno entre nacionalistas y populares.
La conclusión resulta sencilla si aplicamos la lógica de las cosas. Pero, como dice el
refrán, hasta el rabo todo es toro. Es evidente que lo que suceda a nivel estatal puede
repercutir de forma importante en las elecciones autonómicas y locales.
Los asuntos judiciales condicionarán el calendario electoral, que está en manos de
Junts, Esquerra, PNV, Bildu y Podemos. El control escapa de Pedro Sánchez. Las

circunstancias en los tribunales aconsejan al presidente alargar al máximo la
legislatura y sus socios parlamentarios lo prefieren antes que a la derecha y la
ultraderecha. Lo sostendrán hasta que empiece a convertirse en un problema para el
futuro electoral de todos ellos.