Criminalizar el turismo
!Qué paradoja! Mientras en Canarias trabajamos para afianzar y mejorar en el
mundo nuestra marca turística, en las Islas promovemos acciones
irresponsables para frenar y echar a quienes nos visitan.
En tanto en nuestro Archipiélago, administraciones públicas y empresarios del
sector trabajan con sus equipos de creativos y marketing para acudir a las tres
grandes ferias mundiales (FITUR, en Madrid; World Travel Market, en Londres,
e ITB, en Berlín), para reforzar la competitividad del destino “Islas Canarias”,
aquí, en las Islas, animamos a manifestarse contra esos turistas.
Es probable que sus promotores no persiguieran dicho objetivo, pero,
lamentablemente, han conseguido lo contrario.
Turismo y transporte conforman el sector económico con mejores perspectivas
de crecimiento en el mundo. Alrededor de 300 millones de personas hacen
turismo en los cinco continentes. A medida que mejoran las condiciones de
vida de los ciudadanos de todo el planeta, viendo cubiertas sus necesidades
básicas, el siguiente reto que se plantean es viajar, hacer turismo y disfrutar del
ocio.
Todos los países y territorios del mundo trabajan por mejorar su cuota de
participación en esta floreciente actividad. Cada uno pone en el mercado
aquello que puede ser más atractivo para sus potenciales visitantes. Cultura,
gastronomía, paisaje, sol y playa, nieve y montaña o, por citar algún ejemplo
más, otras relacionadas con la ciencia, como la astrofísica, integran una amplia
variedad de incentivos.
La localización geográfica de nuestro Archipiélago condiciona el desarrollo de
actividades económicas vinculadas a los sectores primario e industrial. La
lejanía, la escasez de suelo y agua o la carencia de materias primas son
factores muy limitativos para competir en los campos mencionados.
Sin embargo, esos mismos hándicaps y obstáculos derivados de la lejanía y la
fragmentación del territorio se convierten en verdaderos factores fuerza para el
desarrollo de actividades vinculadas al turismo, los transportes y los servicios
en general.
Canarias reúne todos los elementos necesarios para reafirmar su papel de gran
potencia mundial en el campo turístico. Clima, paisaje, seguridad,
infraestructuras, servicios básicos, mar, cielo o montaña son factores
determinantes para seguir siendo muy competitivos en una actividad creciente
como la comentada.
Por eso sería muy importante que empecemos por cuidar lo que tenemos y, a
partir de ahí, propiciar un trabajo conjunto de administraciones, empresarios,
sindicatos, universidades y sociedad civil. Una tarea que permita consensuar e
impulsar medidas que, garantizando la competitividad del sector, reorienten la
actividad turística hacia el respeto al medioambiente, la sostenibilidad, el uso
responsable de los recursos naturales, la introducción de las nuevas
tecnologías, la calidad por encima de la cantidad, el control férreo de nuevos de
nuevos proyectos, el impulso a la renovación -tanto en los espacios públicos
como en los privados-, la mejora de la cualificación del personal o la mejora
salarial de los empleados, de acuerdo con la productividad.
Después de la pandemia, el turismo en Canarias ha recuperado su pujanza.
Pero no debemos olvidar que cuando se produce un retroceso en el sector, se
ponen en riesgo decenas de miles de puestos de trabajo, como ya ocurrió en la
crisis 2008-2014, lo que repercute duramente en el empleo.
Al margen de otras cuestiones, el turismo garantiza el bienestar social y
económico en el Archipiélago. ¿Con este modelo? ¿con otros modelos? ¿con
más viviendas vacacionales? ¿sin viviendas vacacionales? ¿con más camas?
¿con menos camas? Queda por verlo, pero sí resulta claro que el motor que
hace funcionar nuestra economía es el turismo, por lo que no debemos
criminalizarlo.
La invasión de alguna de nuestras playas, el pasado fin de semana, con un
acoso intolerable a los turistas, debe pasar a la historia como un lamentable
incidente y no volver a repetirse.