El debate sobre las políticas migratorias está sobre la mesa en la mayoría de
los países europeos. Ocupa uno de los primeros planos de la actualidad en
territorios como Reino Unido, Francia, Alemania, Italia o Grecia. Sin duda, se
trata de uno de los grandes asuntos de nuestro tiempo.
Sin embargo, en el Estado español es un tema que aparece y desaparece del
debate político con gran facilidad, por puro oportunismo político. Pudiéramos
decir que es una especie de comodín para los dos grandes partidos, el PP y el
PSOE, que lo utilizan cuando les conviene. Se ve que les puede el ánimo de
desgastar al oponente en vez de la búsqueda de soluciones reales ante el
drama humanitario que siembra de muertes el Atlántico.
La situación tiene mucho que ver con que el fenómeno de la migración irregular
llegada de África no afecta ni a Cataluña ni al País Vasco. Cada vez que surge
algún debate vinculado al Gobierno de España, o a sus socios de investidura,
los asuntos isleños de trascendencia estatal acaban viéndose sepultados.
Siguen viendo a Canarias como una colonia perdida en el Atlántico y no como
a un territorio ultraperiférico, que es la consideración que merece para la Unión
Europea.
Recientemente fue la amnistía. Después, los asuntos vinculados a la
corrupción. Ahora, Venezuela, el acuerdo bilateral con Cataluña y la
financiación autonómica, para seguir de inmediato con los Presupuestos
Generales del Estado.
Por todo ello, hay que saludar y dar la bienvenida al compromiso en materia
migratoria alcanzado esta semana por Alberto Núñez Feijóo y el presidente del
Gobierno de Canarias, Fernando Clavijo, líderes del PP y CC. A priori, debería
ayudar para alcanzar un gran pacto de Estado y modificar la Ley de Extranjería,
encauzando el reparto de los menores no acompañados que llegan a través del
mar.
Recuérdese que Coalición Canaria dispone de un acuerdo con el PSOE y
Sumar para garantizar el reparto entre las distintas comunidades autónomas,
aunque fue vetado por el PP. Ahora, esta nueva entente supone en la práctica,
en lo que se refiere a la modificación legislativa, una respuesta similar para el
reparto territorial de los menores. Entonces, ¿dónde está el problema para que
se sienten todos y puedan consensuar una alianza en esta materia?
Los populares ponen sobre la mesa el respaldo aplastante de sus gobiernos en
13 comunidades autónomas, además del de coalición que sostienen en
Canarias con los nacionalistas. Por su parte, los socialistas aportan el
compromiso con Sumar y la mayoría de los grupos parlamentarios en el
Congreso. Y Coalición Canaria es la bisagra que une a unos y otros.

Así pues, resultaría imperdonable que por razones tácticas de socialistas y
populares no acabaran por entenderse en las próximas semanas. Porque tan
razonable es la propuesta en materia de menores no acompañados que lideran
PSOE, Sumar y CC como la de PP y CC.
Los añadidos incluidos en el texto acordado por Núñez Feijóo y Clavijo
coinciden con las medidas que impulsó en su día el Gobierno de Rodríguez
Zapatero, cuando la crisis migratoria de los años 2008 al 2010. Es decir, planes
de cooperación con los países emisores en origen; lucha contra las mafias en
aguas soberanas de Marruecos, Mauritania y Senegal, con patrullas conjuntas
de la Policía y Guardia Civil españolas con fuerzas similares de los países
citados; despliegue en la mediana de la policía europea de fronteras, para
contener el tráfico mafioso de personas, y acogida, retención y derivación de
los adultos llegados.
Por lo tanto, no existe ninguna razón objetiva para oponerse al acuerdo de
síntesis entre las dos propuestas. Solo el sectarismo y el revanchismo político
podrían frenarlo.