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Horario

Como se ha leído y escuchado estos últimos días, en Madrid se está impulsando la posibilidad de que la Península recupere el huso horario de Greenwich que abandonó en los años cuarenta; o lo que es lo mismo, equiparar su horario al de Canarias, Inglaterra o Portugal -una hora menos que el horario actual-.

Se trata de una vieja reivindicación, con numerosos y notables defensores en todo el Estado, que vuelve a la primera plana de la información debido a un informe del Congreso de los Diputados, denominado ‘Racionalización de Horarios, la Conciliación de la Vida Personal, Familiar y Laboral y la Corresponsabilidad’, que insta al Gobierno central a poner en marcha un estudio socioeconómico que delimite las ventajas e inconvenientes que, fundamentalmente para la economía y la salud de las personas, traería consigo ese cambio.

Los autores del informe se alinean con los defensores de la ‘hora menos’, liderados por la Comisión Nacional para la Racionalización de los Horarios, aduciendo elementos positivos como el incremento de la productividad o la conciliación familiar, factores que, aunque aún se encuentran en discusión, sí parecen que se beneficiarían en algún grado de esta nueva medida.

Dicho esto, y respetando los argumentos esgrimidos por los promotores de esa iniciativa, creo que en Canarias debemos reflexionar en alto acerca de las consecuencias que para el Archipiélago podría tener un cambio de estas características. Porque, mucho más allá de todo lo anecdótico que puede rodear al ‘una hora menos en Canarias’, una decisión de esa naturaleza afectaría de forma muy significativa a nuestras Islas, pues a nadie se le escapa que al perder la diferencia horaria también perderíamos nuestra constante presencia –la alusión constante- en todos los medios de comunicación peninsulares, que permanentemente aluden a dicha diferencia horaria, con lo que esto supone en tanto presencia de la marca Canarias –recordatorio de las Islas como destino, entre otras derivadas-.

Vaya por delante, desde luego, que cualquier iniciativa que vaya dirigida a la mejora de las condiciones de vida del ciudadano y de la economía, en general, deben ser aplaudidas sin vacilación, pero tan legítimos son esos objetivos como que desde Canarias levantemos la mano para advertir de que, efectivamente, perder esa diferencia horaria tendría consecuencias cuantificables para las islas -¿cuánto vale en términos publicitarios que se nos cite cuando en los medios peninsulares se da la hora?-

Creo que lo anteriormente apuntado merece que Canarias tenga voz en el debate que se ha abierto. ¿Cuánto perderían las Islas de presencia en los medios de comunicación si los horarios con la Península se igualasen y ya no hiciese falta la famosa coletilla ‘una hora menos en Canarias’?

Reitero que este aspecto que para alguien podría resultar baladí, pero que en términos de producción mediática no lo es en absoluto. Insisto, ¿cuánto costaría una campaña de mención a Canarias en todos los medios, todas las horas, todos los días, todos los años, tal como ahora se hace si hubiera que pagarlo?

Junto a estas dudas, hay otras; por ejemplo, las relacionadas con la sincronización de todo tipo con el territorio peninsular -importante en muchos aspectos, pero fundamental en el área del transporte-.

Pero es más. Hay expertos que defienden que Canarias tampoco está integrada en su huso horario natural, y que para ello haría falta también rebajarlo en una hora respecto al actual, con lo cual quizá habría que considerar la posibilidad -tras un riguroso estudio, y siempre y cuando las conclusiones fuesen netamente positivas para nuestra gente- de hacer coincidir los cambios en los husos horarios de Canarias y de la Península, manteniendo ese valor distintivo que nos aporta la diferencia horaria con el resto del Estado.

En cualquier caso, como digo, siempre apoyaremos aquello que suponga mejoras evidentes para la sociedad y la economía en general, pero siempre también estaremos alerta para que de ninguna forma se perjudique a Canarias y los canarios.

Por último, y al margen del anterior debate, no me resisto a apuntar que, ya puestos a igualar, por qué no se equipara a Canarias con el resto del Estado en asuntos tan esenciales como la financiación autonómica, el reparto del déficit, las ayudas para servicios esenciales y el empleo, o incluso la defensa que hacen el Gobierno de Rajoy y el PP de un Levante y unas Baleares libres de prospecciones petrolíferas.